(Galde 17, invierno/2017). Sabiñe Zurutuza. Moonlight es una película de pequeño presupuesto pero brillante. Trata de un joven gay negro que crece en un barrio empobrecido de Miami. Historia contada en tres capítulos de la vida de Chiron; interpretado como un chico de ojos abiertos por Alex Hibbert, como un joven adolescente por Ashton Sanders y como un hombre crecido por Trevante Rhodes. No hay personajes blancos en la película. Es la historia de una sociedad negra autogobernada; para el film importa menos cuán fracturada esté.
Basada en una pieza teatral del dramaturgo Tarell Alvin, la película es el tercer trabajo del director Barry Jenkins que arranca en el Miami de los años ochenta y concluye en época de disturbios en los enclaves negros de la ciudad, como podrían ser los del asesinato de un joven negro por policías blancos y la posterior absolución de estos. En ese panorama parece difícil para la gente negra, que camina por esas calles soleadas, no mirar a sus espaldas. Ese caminar queda envuelto en la fotografía de James Laxton, con una hermosa plástica de colores ricos y luminosos.
CHIRON CHICO.- En ese mundo de violencia, un distribuidor de droga y jefe en las calles como Juan (Mahershala Ali ) y su compañera Teresa (la cantante Janelle Monaé) se hacen guías de Chiron: un extraño en la escuela, y en su casa: un niño callado y silencioso, lleno de ira, vergüenzay con la sensación de que algo en él es diferente. Vive en una vivienda pública con su madre soltera, Paula (Naomie Harris), enganchada a la droga. Chiron pasa de los momentos en que puede alejarse de las recriminaciones y necesidades de su madre al oasis de estabilidad doméstica que le ofrecen Juan y Teresa, un lugar con comidas calientes, sábanas limpias y conversación.
Pero Chiron chico no olvida que esta comodidad se compra con la moneda de la miseria de su madre.-¿Mamá usa drogas?- pregunta a Juan en la mesa. -«¿Y usted vende drogas?»- Ver la deducción en su mirada, y la reacción de Juan, es desgarrador. En una de las mejores escenas de la película, Chiron pregunta al distribuidor y a su novia, -que es un «maricón»-. Juan responde -«una palabra diseñada para hacer odiar a los gays»-. Se puede decir que los autores del film humanizan a Juan pero nadie en la situación de Juan, ni en Quirón o en Paula, han sido nunca otra cosa que humanos.
CHIRON JOVEN.- Establecer la conexión entre la homofobia de sus compañeros de instituto y sus propios deseos confusos, es una de las pistas que narra la crónica del Chiron joven. La soledad, el miedo, la confusión en su virilidad y su sexualidad… Todo esto, frente a un mundo intolerante y hostil, es narrado por Jenkins con la combinación de momentos crudos y realistas con otros íntimos y poéticos. En la escuela solo cuenta con Kevin, un compañero de escuelaque le inicia en la sexualidad y cuya amistad evoluciona entre la camaradería y la traición. De repente su pasividad se va a romper…
CHIRON ADULTO.- En la tercera parte de la película, Chiron es un adulto, pero todavía se ocupa de su madre. Como Juan, es un traficante de drogas y de una masculinidad afroamericana. Pero no tiene una Teresa, no tiene a nadie. Lleva su sensibilidad como un sudario alrededor de su cuerpo ahora musculoso. Hijo maltratado, descuidado y silencioso, ha crecido hacia una comprensión de sí mismo y de su mundo.
Las interpretaciones de los distintos actores para crear el personaje principal sintonizan perfectamente. La paleta visual es suntuosa. Adecuada música de Nicholas Britell, desde hip-hop a la clásica. Al evitar los clichés exagerados, tan a menudo utilizados para representar la vida negra estadounidense en el cine, el director Barry Jenkins ha creado, en éste drama sombrío y bello, una pequeña joya cinematográfica!
¿Mejor peli del año? Ni lo sé, ni me importa.