Galde 45, Uda 2024 Verano. Marusia López.-
Durante 2023 en la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras registramos un total de 6.214 agresiones contra al menos 1.188 defensoras de derechos humanos en El Salvador, Honduras, México y Nicaragua. Esta violencia ocurre en un contexto marcado por la consolidación de un estado totalitario en Nicaragua y la deriva autoritaria del gobierno salvadoreño; la persecución de las defensoras y comunidades que defienden el territorio en Honduras y las redes de impunidad y violencia que siguen dominando en muchos territorios de México.
La situación política y social en Mesoamérica es reflejo de la crisis estructural causada por el capitalismo imperante en el mundo, cuya base colonial, patriarcal y racista impactan de manera desproporcionada a las mujeres y los pueblos de nuestros territorios. La voracidad de este sistema global, que nos lleva a situaciones extremas como el genocidio en Palestina o la República Democrática del Congo, es bien conocida en nuestra región, azotada por siglos de explotación, saqueo y violencia.
Si la vida ha persistido y la esperanza sigue floreciendo es gracias a las luchas organizadas de miles de mujeres, organizaciones y comunidades que han resistido y creado alternativas de libertad, paz y vida digna. Sin esa labor no saldrían a la luz las injusticias, las víctimas de violaciones a derechos humanos no tendrían acompañamiento y refugio, las comunidades y barrios no se organizarían para defender sus territorios del despojo, las mujeres y las disidencias sexuales no habríamos conquistados derechos fundamentales.
Sabemos por experiencia propia que cuando las mujeres alzamos la voz se pone en riesgo todo el sistema de poder y explotación que mantiene los privilegios de unos pocos a costa de los derechos de la mayoría de seres que habitamos este planeta. Por ello somos peligrosas y por ello se intenta sistemáticamente reprimir, silenciar y criminalizar nuestras luchas.
Durante 2023, diez compañeras fueron asesinadas en México, Honduras y El Salvador. Entre ellas tres mujeres trans que defendían el derecho a transgredir el orden de género y tres defensoras que buscaban a personas de su familia desaparecidas en diversos estados de México. Otras 397 defensoras sufrieron hostigamientos (14%), violencia psicológica, física o verbal (12%), amenazas (7%) y vigilancia, monitoreo y acecho de sus vidas cotidianas (7%). En el 10% de los casos también se agredió a personas cercanas. Entre las personas cercanas agredidas, una de cada tres fueron hijas, hijos y/o hijes de las defensoras.
Las agresiones colectivas fueron más numerosas que durante 2022,como consecuencia de políticas que buscan provocar mayor debilitamiento de los movimientos sociales y las comunidades en resistencia. Según nuestro registro,3.828 agresiones se perpetraron de forma colectiva contra al menos 875 defensoras. Las agresiones colectivas suponen a nivel regional el 62% del total. También documentamos 1.222 agresiones digitales en contra de defensoras y organizaciones o grupos de defensoras, lo que representa 20% del total de agresiones registradas en 2023.
En Honduras, desde la Red Nacional de Defensoras en Honduras documentamos 2.694 agresiones.Destaca la agudización de los conflictos territoriales por los desalojos masivos que utilizan el derecho penal para favorecer a empresas aceiteras, azucareras y grandes terratenientes. Durante 2023 se documentaron un total de 28 desalojos en los que defensoras y familias enteras perdieron su medios y proyectos de vida. Una situación de especial preocupación es la que vive el pueblo Garífuna: incendios provocados, intentos de desalojos, incumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, detenciones arbitrarias y amenazas y ataques contra la Organización Fraternal Negra de Honduras, entre otras.
En México, desde la Red Nacional de Defensoras de México, documentamos 1.824 agresiones. Destaca el aumento del 45% en la cantidad de agresiones contra organizaciones o grupos en relación al año anterior, la mayor parte de ellas contra colectivos de buscadoras de personas desaparecidas. La gravedad de esta violencia se expresa en el feminicidio de tres defensoras buscadoras, intentos de feminicidio, el seguimiento, amenaza y vigilancia a madres buscadoras, agresiones de policías estatales en manifestaciones de quienes exigen la localización con vida de personas desaparecidas, entre otras.
En Nicaragua documentamos 1.508 agresiones. En un contexto de cierre absoluto de todos los espacios de participación y defensa de derechos humanos, durante 2023 el foco de las agresiones estuvo en las defensoras presas políticas, en sus familiares y en las personas desterradas. A inicios de 2023 documentamos 49 agresiones basadas en el destierro, despojo de ciudadanía o permiso de residencia a defensoras. Dentro del país continuaron las detenciones arbitrarias y la desprotección legal de las defensoras con detenciones sin orden judicial, juicios que se celebran de forma exprés, a través de videollamadas, en la noche y/o sin el traslado de la persona acusada al Complejo Judicial y sin derecho a la elección de su defensa. Muchas defensoras nicaragüenses se han visto forzadas a desplazarse fuera del país a causa de las violencias que enfrentan, alejándose de sus familias, comunidades y colectividades (en 2023 registramos 69 desplazamientos forzados).
Si bien en todos los países mencionados,los principales perpetradores de esta violencia son autoridades del Estado en complicidad con actores privados y poderes fácticos, Europa no está exenta de responsabilidad en las violencias que sufrimos las defensoras mesoamericanas, con acuerdos comerciales que favorecen el despojo y el modelo extractivo, con tolerancia hacia las violencias cometidas contra defensoras por empresas de capital europeo, ycon leyes y políticas represivas vigentes en territorio europeo, como las leyes mordaza, que son posteriormente exportadas a nuestros países, algunas veces de manera formal y otras a través de convenios de asistencia técnica.
Base de datos “Berta”
Toda la información compartida en este artículo corresponde al trabajo de registro y documentación de agresiones que desde el 2011 venimos realizando en la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras y que se puede encontrar con más detalle en la sección “Datos que duelen” de nuestra página web. Gracias al trabajo regional y en cada uno de los países contamos con un sistema de registro especializado en la situación de defensoras que se aloja en nuestra base de datos llamada “Berta” en honor a la compañera hondureña Berta Cáceres.
Las defensoras formamos parte de todos los movimientos sociales pero las violencias que sufrimos por nuestro activismo no habían sido adecuadamente reconocidas y visibilizadas en su gravedad, por ello para nosotras registrar y documentar agresiones es un trabajo de justicia histórica.
Además, la labor de documentación que hacemos no está desligada del trabajo de acompañamiento a defensoras en riesgo y forma parte de las estrategias de la Protección Integral Feminista. Muchas de las compañeras y organizaciones cuyas violencias son registradas en nuestra base de datos son también acompañadas por las redes y articulaciones nacionales en sus necesidades de protección: análisis de riesgo, planes de protección, procesos de autocuidado y sanación, seguridad digital y apoyo jurídico, entre otras formas de cuidarnos entre defensoras.
Este año es especialmente importante para nosotras porque lanzaremos el informe “Datos que nos duelen, redes que nos salvan” que analiza más de diez años de agresiones contra defensoras en toda la región. En la IM-Defensoras decimos que “las redes salvan” y es lo que por más de catorce años hemos venido haciendo para sostener nuestras vidas y contribuir a que nuestras luchas sigan floreciendo.
Marusia López.
Iniciativa Mesoamericana de Defensoras.
