Galde 37, uda 2022 verano. David Grosclaude.-
El resultado de las elecciones legislativas hace que Francia sea difícil de gobernar. Con instituciones hipercentralizadas y una constitución cuasi-monárquica, la ciudadanía se pregunta cómo se gestionarán los resultados de las elecciones legislativas.
Las elecciones legislativas, celebradas seis semanas después de las elecciones presidenciales, han significado una derrota para Emmanuel Macron. Es una victoria inesperada para la extrema derecha con 89 diputados en lugar de 8. Macron no tendrá mayoría absoluta y tendrá que aliarse con otros partidos. Pero ¿con quién y cómo? Las instituciones de la Quinta República no están diseñadas para manejar este tipo de equilibrio político.
El resultado de las elecciones legislativas se asemeja al de la primera vuelta de las elecciones presidenciales. La izquierda obtiene 131 diputados. La llamada derecha clásica se debilita con 64 diputados. ¿Vendrá esto en ayuda del Presidente de la República? Con 245 diputados a favor del Presidente de la República, estamos lejos de los 289 necesarios para tener mayoría absoluta. Hay 577 diputados en total.
Puede ser necesario buscar soluciones observando lo que está sucediendo en Alemania, Italia, España o en otros países donde el Parlamento tiene un roll principal. Pero este no es el caso del estado francés. Y ahí radica la dificultad. Se podrían organizar nuevas elecciones, pero existe el riesgo de que el resultado no sea diferente.
La república monárquica
Desde 1958, cuando la Quinta República fue establecida por el General De Gaulle, bajo condiciones muy específicas (1) se ha hecho todo lo posible para que esta República se convierta en monárquica. A principios de la década de 2000, el mandato del presidente se redujo de siete a cinco años, permitiendo así que su elección coincidiera con la de los diputados (2). Por lo tanto, desde 2002 se invita a los electores a otorgar la mayoría al Presidente de la República. No lo hicieron esta vez.
La Constitución dice que el presidente es el garante de las instituciones. Especifica que es el Primer Ministro quien gobierna. Sin embargo, el presidente se involucra en todo y es a él a quien recurren los ciudadanos, los sindicatos y los diversos movimientos sociales tan pronto como aparece un problema. El presidente está en todas partes y lo decide todo. El gobierno obedece las órdenes del presidente.
La capacidad de iniciativa de los diputados es muy débil. La deriva monárquica no data de los años 2000. El periodo de Mitterrand fue muy monárquico. Aunque él mismo denunció la constitución deseada por el general De Gaulle, François Mitterrand (3) aprovechó al máximo los poderes que están en manos de un presidente a la francesa.
Elecciones devaluadas y centralismo
Se ha hecho todo lo posible para que los votantes consideren la elección presidencial como la única interesante. La participación desciende en cada elección, ya sea autonómica, legislativa o europea. Solo los municipales resisten un poco mejor el desmoronamiento, pero ¿hasta cuándo? Los diputados electos del 19 de junio han sido elegidos por solo el 48% de los votantes.
El centralismo pesa sobre los poderes locales. Los municipios, departamentos y regiones ya no cuentan con recursos tributarios propios. Es el Estado central el que alimenta sus presupuestos, cada vez más magros, y el que reduce sus competencias (4). En estas condiciones, el surgimiento de partidos autonomistas se hace muy difícil fuera de situaciones particulares como la de Córcega donde la insularidad y el radicalismo han obligado al Estado a establecer un estatuto especial. Pero eso no impide que el poder central muestre su desprecio por los cargos electos corsos. En cuanto a las otras regiones, podemos ver la dificultad de ser escuchados. Iparralde sólo obtuvo el derecho a constituir una comunidad de aglomeración, es decir el mínimo de subsistencia. En todas partes es una miseria política y presupuestaria para las regiones.
El desprecio alcanza su máximo cuando se trata de la cuestión del idioma. Ya sea Macron, Le Pen o Mélenchon, la negativa a cualquier reconocimiento de la diversidad lingüística y los derechos lingüísticos es permanente.
A esto hay que sumar un centralismo que no es sólo político. Todo el sistema funciona sobre el mismo modelo. El centralismo es asfixiante en la educación, en el transporte; en los medios de comunicación también, ya que la radiodifusión pública es inexistente en las regiones y los medios de comunicación privados están todos establecidos en París, lo que provoca regularmente la pérdida de influencia de los diarios no parisinos restantes. No existen controles y equilibrios regionales en Francia.
David Grosclaude, Secretario del Partido Occitano y Vicepresidente de la Alianza Libre Europea.
Notas:
- La crisis creada por la guerra de Argelia aceleró la caída de la Cuarta República
- Los dos mandatos son ahora de cinco años, por lo que los diputados son elegidos pocas semanas después del Presidente de la República. Los diputados son elegidos en Francia en una votación uninominal de dos vueltas.
- Mitterrand publicó en 1964 un libro denunciando el poder personal del Presidente de la República: «el golpe permanente».
- El poder de las regiones es casi nulo, sus recursos presupuestarios son muy bajos en comparación con la mayoría de los países europeos. Por ejemplo, el presupuesto de la Región de Nueva Aquitania (más de 5 millones de habitantes) es de 3.300 millones de euros frente a los 12.400 millones de la comunidad autónoma de Euskadi (2,2 millones de habitantes)
Resultados de las elecciones legislativas en Francia
Progresión de los autonomistas
En Córcega los tres diputados nacionalistas (de cuatro) han sido reelegidos, estando el no elegido muy cerca de lograrlo.
Es destacar la elección del diputado bretón Paul Molac con mas de un 70 % de los votos, muy activo en el tema lingüístico y proponente de la ley que lleva su nombre. La ley Molac fue aprobada por mayoría en la Asamblea Nacional contra la opinión del gobierno y defiende entre otros aspectos los modelos de inmersión lingüística. Fue ‘cepillada’ en ese aspecto por un recurso de diputados macronistas al Consejo de Estado.
Estos cuatro diputados son miembros de la coalición Regiones y Pueblos Solidarios que agrupa a partidos autonomistas o independentistas de Córcega, Alsacia, Occitania, País Vasco, Bretaña, Cataluña y Saboya. Si bien el número de diputados autonomistas en Francia no se ha incrementado, durante la primera vuelta de estas elecciones legislativas los partidos del RPS ganaron un 16% en votos con respecto a elecciones anteriores.
Los diputados de RPS en la Asamblea Nacional impulsaron en la anterior legislatura la creación de grupo parlamentario denominado “Libertades y Territorios”, que agrupó a una veintena de diputados con el objetivo de impulsar políticas descentralizadoras y pegada al territorio. Grupo que intentarán volver a crear.
Por otra parte, cabe destacar el avance que las fuerzas autonomistas e independentistas han logrado en los territorios de ultramar. Martinica, Guadalupe, Guayana y Polinesia tienen ahora mas diputados de esas tendencias que en la Asamblea saliente. En la Polinesia, por ejemplo, el partido independentista Tavini Huiraatira ha ganado en las tres circunscripciones con la peculiaridad de que uno de sus diputados será mas joven que nunca haya llegado al Palacio de Borbón: Tematai Le Gayic, de 21 años.