Galde 35 negua 2022 invierno. Jasón & Argonautas.-
Al pensar en patrimonio imaginamos un montón de piedras en estado más o menos ruinoso. Testigos mudos del paso del tiempo que no dan que hablar hasta que de pronto estalla algún lío. Este Periscopio se ocupa poco de ello. Lo reconocemos.
I.- Patrimonializar el patrimonio. Ha sido necesario que el Arzobispo de Toledo tronara contra el rodaje (con permiso y previo pago) de C. Tangana y Nathy Peluso en “su” catedral para que nos hiciésemos algunas preguntas. ¿Es el perreo de la célebre pareja lo más grave que le ha pasado a esa milenaria y ladina institución en los últimos tiempos? ¿Era imprescindible organizar una vigilia de desagravio y encender cirios en la plaza pública con el consiguiente riesgo de incendio y acabar Toledo como Sodoma y Gomorra, pero no por castigo divino sino por insensata imprudencia? Y lo que es más importante: una organización que recibe más de 11.000 millones anuales del Estado (Europa Laica dixit) y que es propietaria del 70% del suelo habitable de Toledo, ¿puede decir sin avergonzarse que la catedral es suya y exclusivamente suya? ¿Necesitaba inmatricular 35.000 bienes más al amparo de una ley ignominiosa del Gobierno Aznar? ¿Sabe y puede gestionar el 90% del patrimonio cultural español que posee? No lo parece a juzgar por lo que se lee estos días: Lista roja incluye mil monumentos en estado terminal, Catedral de Málaga se cae a pedazos, fachada de iglesia románica vallisoletana parcheada con cemento, iglesias románicas palentinas restauradas con dinero público cerradas a visitantes por oponerse la Iglesia a sistema de apertura digital de puertas…
II.- Descapitalizar la capital.Sabíamos que el locuaz y dicharachero Iceta iba a dar juego. Curtido en las borrascas de la política catalana, gestionar la poca parte de la cultura que le toca a su ministerio debió parecerle cosa de coser y cantar, o bailar en su caso. El arranque ha sido espectacular: incremento del casi 50% en su presupuesto, regalo de 400€ a todo joven que cumpla 18 años, un año de plazo para implantar el Estatuto del Artista… Y ya lanzado, se arranca en plan cogobernante plurinacional y plurilingüístico y anuncia que “el Ministerio no puede ser una gran consejería de cultura de Madrid”. Y pasa a la acción: Donativo de 20 millones para engrasar la cocapitalidad cultural de Barcelona, premios nacionales a obras escritas en gallego (Xesús Fraga) y en euskera (Miren Agur Meabe)… Lo nunca visto. Llega la Ley Audiovisual, y Rufián se planta: o Netflix en catalán o se acaba la partida. El superministro no se amilana: ¿Qué hay que ponerlo en la ley? Pues se pone y luego ya se verá. ¡Que se enteren esas plataformas multinacionales monopolistas cómo las gastamos por aquí en cuestiones de patrimonio lingüístico!
Y de pronto, Iceta se tropieza con las piedras. Elche reclama la devolución, aunque sea temporal, de su icónica Dama y el miedo al efecto dominó hace temblar el ministerio. Primero te lo piden prestado y luego si te he visto no me acuerdo. Miles de piezas volando de los museos madrileños. La directora de Bellas Artes dimite y el del Arqueológico lo tiene claro: “En este país no puede haber 8.000 museos, uno por cada municipio. Es inviable y contraproducente para la investigación arqueológica”.
En el trasfondo de la tormenta política están las reclamaciones autonómicas ante la nueva Ley de Patrimonio y la oposición de los expertos a politizar la custodia del mismo. Vieja polémica sobre si el legado artístico debe exhibirse en su lugar de origen. Guernica Gernikara? Complicado. No busquen la respuesta en este Periskopio que tan solo observa los embrollos y litigios culturales.
III.- Capitalizar el mundo. Las partidas, mejor jugarlas a la grande que a la chica, debe pensar Zuckenberg, el de Facebook, que está viendo su inmenso imperio (1.800 millones de usuarios) perturbado por fastidiosas sentencias judiciales y multas multimillonarias por prácticas abusivas. Para colmo, Frances Haugen, una exempleada, tira de la manta y denuncia el uso consciente de algoritmos que crean dependencia y efectos tóxicos en la salud física y mental: anorexia, depresión, impulsos suicidas, violencia étnica, manipulación electoral…
¿Cómo levantar una reputación por los suelos? Pues, por elevación. Nos inventamos –se habrá dicho- un universo paralelo al existente, sin jueces ni leyes, lo llamamos Metaverso, lo ponemos todo a nuestro nombre y quien quiera vivir ahí que pase antes por taquilla. Una nueva realidad virtual inmersiva, un espacio continuo en 3D. Como el antiguo Second Life, pero a lo bestia. Un mundo de avatares que interaccionan entre sí, trabajan, viajan, se divierten, y, por supuesto, compran y pagan con la criptomoneda de la empresa.
¿Habrá piedras en el Metaverso? Por supuesto, si el cliente lo pide. Las que más le gusten y sin discusiones estériles. Todas serán patrimonio del Gran Hermano.