(Galde 01, invierno/2013). Cine. «La noche más oscura». Hasta 2008 Kathryn Bigelow era una desconocida directora de cine en la que pocos habían fijado su atención. La oscarizada En tierra hostil, una adrenalínica propuesta sobre un grupo de artificieros en Irak, le sirvió para reivindicarse y ganarse su reconocimiento como directora de talento y de moda. La verdad es que se esperaba con curiosidad el nuevo trabajo de esta directora, La noche más oscura. Y aunque no nos defraudo, hay que reconocer que Bigelow nos ofreció un producto muy parecido a su anterior película.
Hay muchos paralelismos entre estos dos trabajos. Si En tierra hostil escondía la historia de una adicción, la adicción al peligro, La noche más oscura nos destapa la historia de una obsesión, la obsesión de todo un cuerpo de seguridad y de un país, encarnado en una joven investigadora, por conseguir cazar a Bin Laden el terrorista más buscado de todos los tiempos.
Esta directora recupera el tono visual cercano al documental que ya utilizó en En tierra hostil. Además se esfuerza en aportar un plus de verismo al relato recurriendo a una profusión de datos, situaciones y personajes que llegaron a causar cierto malestar en la propia CIA por las aparentes filtraciones que suponían. Sin embargo quien busque en La noche más oscura una fiel reconstrucción de como se desarrollo esa investigación que culminó con la muerte de Bin Laden no va a encontrar respuestas. Esta película es una ficción que parte de un hecho real, lo que esto implica de libertad a la hora de afrontar las vicisitudes de lo que nos cuenta.
Bingelow vuelve a utilizar una hábil estratagema para crear un interés ficticio en torno a su trabajo que tan bien le funcionó en su anterior película. Nos pone en la tesitura de decidir si lo que estamos viendo narra los hechos desde un punto de vista neutral y objetivo o si por el contrario es un trabajo que juega a tomar partido sin tomar partido, que muestra simplemente, pues en esa desnudez se encuentra la fuerza de su crítica. Una forma artificial, pienso yo, de crear polémica en donde no existe o por lo menos de crear una polémica huera, vacía, sin sentido. Sin embargo si que me preocupa mas lo que subyace sobre este enfoque. Esta directora huye tanto de posturas maniqueas o patrióticas, con esa patina de moralina que tanto suele gustar por aquello lugares, como de la reivindicación de los derechos humanos que sistemáticamente son vulnerados en el relato que nos cuenta. No quiero opinar sobre esto. No me quiero meter en ese jardín. Reconozco que licito si que es y cada uno es libre de contar lo que quiera y como quiera. Pero como poco, a mi personalmente, me resulta inquietante que alguien retrate con precisión de relojero la practica de la tortura y que lo haga con esa frialdad, con esa ausencia de opinión.
Sin duda alguna el punto fuerte de La noche más oscura es saber manejar todo los elementos que conforman un trabajo de estas características de una manera equilibrada y coherente. No transita Bingelow por la senda del riesgo es verdad, pero se apoya en unos cuantos pilares férreos, sólidos. Uno de ellos es un extraordinario guion escrito por Mark Boal, que utilizando los mimbres del thriller nos monta una historia compleja, llena de esquinas, con abundante información pero que no se separa ni un milímetro de su intención inicial de intentar contarnos la complejidad moral y psicológica de estos acontecimientos. Otro de sus puntos fuertes es sin duda su sincera apuesta por la acción. Magistralmente Bingelow utiliza un ritmo narrativo in crescendo que a través de escenas cargadas de energía van a acabar en un climax de más de media hora en donde se recrea en el asalto a la casa de Bin Laden. El trabajo actoral constituye otro de los vértices sobre el que pivota este trabajo. La actriz Jessica Chastain, una de las actrices más en forma del panorama actual, encabeza un elenco de actores sencillamente fantástico. El papel de Maya esta exquisitamente interpretado por esta joven actriz, mostrándonos todos los recovecos de este personaje y sobre todo su evolución y su obsesión por atrapar a Bin Laden.
Me gustaría acabar esta reseña hablando del último plano de La noche más oscura pues recoge con maestría la esencia de este trabajo. Maya tras haber realizado su trabajo y en la soledad de un inmenso avión militar llora. Todo ha acabado y su vida solo podrá llenarse de sentido si se encuentra con otro Bin Laden. Sin embargo sabe que eso son cosas que solo pasan una vez en la vida.