DOSSIER Galde 08, otoño 2014. – Tres años sin ETA. *Ver el Dossier 08 en issuu.com.
21. Introducción. A.D.
22. Entrevista: Txema Urkijo. Antonio Duplá
25. Memoria, víctimas y relatos históricos. José Antonio Pérez Pérez
28. Euskal bakearen bidaia. Patxi Zabaleta
30. Tres años pasan rápido, ¿o no? Iñaki García Arrizabalaga
30. Preso errefuxiatu eta deportatu… Presoen aldeko SARE sarea
32. La paz es esto que ahora tenemos. Kepa Aulestia
34. Memoria y olvido. Isabel Piper Shafir
36. Más allá de ETA: la tarea de la sociedad. Galo Bilbao
38. ¿Un pacto por el olvido? Izaskun de la Fuente
40. ETA en el cine. Paisaje después de la batalla. Santiago de Pablo
Introducción al Dossier 08 ‘Tres años sin ETA’
(Galde 08, otoño 2014). 20 de octubre de 2011, 19 horas. ETA anuncia el «cese definitivo de su actividad armada» mediante un vídeo y un comunicado publicados en las ediciones digitales de los diarios Gara y Berria (aunque se habían adelantado también al New York Times y la BBC). Con la escenografía habitual de los encapuchados, las banderas y las txapelas, risible y trágica al mismo tiempo y siempre anacrónica, y con sus también habituales y siniestros eufemismos, ETA proclamó su «compromiso claro, firme y definitivo» de «superar la confrontación armada». Tres días antes se había celebrado la famosa Conferencia Internacional de Paz de Aiete, considerada por muchos como la preparación escenográfica necesaria para la declaración posterior de la organización. Todo hace tan solo tres años y unos meses que, como dice Txema Urkijo en su entrevista, parecen tres lustros, o más. Tempus fugit, que decía el clásico. Y de qué manera.
En este relativamente breve periodo de tiempo la sociedad vasca se ha acomodado rápidamente a la nueva situación. Es algo natural y que ha ocurrido en otros lugares y contextos que han podido sufrir una tragedia más o menos similar. No hay que olvidar que la sociedad vasca ha podido convivir con el terrorismo de ETA, en particular a partir de los años ochenta del pasado siglo, sin que ello alterara demasiado nuestra vida cotidiana, salvo a quienes estuvieran directamente afectados por su acción. Pese a ello, resultado obligado recordar que han sido más de ochocientas personas las asesinadas, y varias decenas de miles lasheridas, secuestradas, extorsionadas o amenazadas. Pero, además, debemos pensar que ha habido otra consecuencia más grave que, ésta sí, ha afectado a buena parte de la sociedad vasca. Me refiero a esa capacidad que ha demostrado de convivir con el terrorismo (y en determinadas épocas también con el antiterrorismo criminal), mirando hacia otro lado o, incluso, «entendiendo» y justificando.
Las heridas, por tanto, están ahí. Las más directas y evidentes, las de las víctimas; la más difusa e intangible, la de una sociedad que, en amplios sectores de la población, no ha sido, no hemos sido, suficientemente activos en la denuncia de la barbaridad que estábamos viviendo y la solidaridad con sus víctimas. Ahí hay importantes retos pendientes.
El tema es lo suficientemente importante y complejo como para intentar aportar nuestro particular granito de arena desde las páginas de Galde. Como siempre, hemos intentando reunir un conjunto de voces y miradas diversas, para abordar algunos de los múltiples problemas del tema, desde las víctimas a las políticas públicas de memoria, las posibilidades de una convivencia integradora o los presos, entre otros aspectos. De nuevo, hemos de agradecer a quienes han respondido a nuestra invitación su disponibilidad y su tiempo. Pensamos que, dentro de sus limitaciones (las voces y las miradas siempre podrían ser más) el resultado ofrece un interés indudable.
A.D.