Crónica de una exposición ZUTIK, ZUTIK, ZUTIK
Galde 35 negua 2022 invierno. Mercedes Arbaiza.-
Entre el 6 de setiembre y el 6 de octubre de este año 2021 se celebró en Bilbao la exposición “ZUTIK, ZUTIK, ZUTIK. Historia y memoria del movimiento feminista en Bizkaia (1968-1994)”, un recorrido sobre algunos de los momentos más importantes del feminismo de la segunda ola. Esta exposición es una intervención artística, con vocación itinerante, que pone en diálogo el presente feminista, urgido hacia la acción, con la experiencia del pasado. La exposición indaga en los contornos del feminismo desordenando la lógica del tiempo progresivo, es decir, poniendo la misma memoria feminista no precisamente detrás en una línea temporal, sino delante, a modo mapa que nos guía hacia el futuro.
Hacemos nuestra la imagen feminista de la ola como metáfora de la fuerza del agua del mar que arrastra y lleva hasta la orilla todo lo que se encuentra por delante. En estos veinticinco años que transcurren entre 1968 y 1994, el feminismo organizado en movimiento social propuso nuevas formas de ser y de experimentar lo que significaba ser mujer, rompiendo la normalidad masculina, practicando el lema “mujer no te calles”, traspasando el umbral de lo privado hacia la organización y hacia la acción colectiva. Proponemos que la “cuarta ola” se gire sobre la“segunda ola” asomándonos a través de la memoria colectiva a la cuestión sobre cómo fue posible aquella experiencia. No se busca el mito de los orígenes que fije ninguna pureza identitaria sobre qué es el feminismo, porque sabemos que tuvo un carácter de acontecimiento emocional singular y radicalmente histórico.
El malestar y el sufrimiento emocional
La exposición es también un diálogo entre una interpretación del feminismo, “lo emocional es político”, y una intervención artística, la de Eduardo Hurtado, que se ha materializado en forma de biombos. El biombo simboliza la importancia del cuerpo, de la vulnerabilidad y de la intimidad. La tesis sería que la contradicción y la opresión del patriarcado solo se entiende con el cuerpo. “Lo emocional es político” afirma la legitimidad del sufrimiento emocional como condición para la política. La propuesta expositiva consiste en atravesar la experiencia del malestar que padecieron las mujeres, expresada en primera persona, en los círculos de amigas y grupos informales de autoconciencia. Para el feminismo la expresión emocional es un gesto político propio de quien no tiene acceso al saber experto, a la política como realización de la razón objetiva. La verdad del afecto democratiza los vínculos en la medida que no respeta jerarquías ni verticalidades propias del pensamiento científico e intelectivo.
El biombo representa la condición para la agencia política de las mujeres. En este sentido los grupos de autoconciencia fueron espacios de subjetivismo en los que las mujeres perdieron el miedo a hablar, superaron los tabúes entorno a la sexualidad y dieron rienda suelta al deseo femenino. Se sacudieron los estereotipos y las normas de una mística de la feminidad modelada en un ambiente conservador y tradicional, a la vez que fueron experimentando lo que les unía, sintiéndose parte de un “nosotras”. Los obras pioneras del feminismo hicieron inteligible políticamente algunas certezas corporales que las mujeres ya habían experimentado.
La urgencia del activismo
La propuesta expositiva recrea la atmósfera de activismo que presidió los años 70, y se prolongó a lo largo de los 80´s. Fue un periodo de explosión organizativa que aceleró los cambios políticos. Por eso se hace una parada en el tiempo de la transición hacia la democracia (1975-1982), años en los que estalló el movimiento en Bizkaia y en otros herrialdes. En el recuerdo que brota en la memoria de las feministas, las I Jornadas de la Mujer celebradas en la Universidad de Leioa en 1977 constituyen un hito en su historia personal y colectiva. Fue el acontecimiento que convirtió el feminismo en un movimiento político muy audaz en sus formas de acción directa, creativo en su lenguaje simbólico y profundamente trasgresor en su expresión corporal. Los materiales elaborados por el movimiento feminista están expuestos desde la lógica que operaba entonces de invadir lo público y de ocupar las calles. Se han reproducido y colgado las pancartas de la época, se ha desplegado una rica y variada cartelería diseñada por las mujeres, así como infinitud de folletos, pasquines, y una amplia y variada colección de pegatinas de lenguaje desafiante y profundamente trasgresor. La exposición pretende reproducir la precariedad con la que impulsaron la subversión al orden de género a través de la precariedad misma de los materiales y de las herramientas que se utilizaban. Por eso hemos utilizado copia de copia, ciclostilados, documentos escritos a mano. Se puede observar la inocencia con la que muchos de estos materiales están ilustrando esos mensajes, los discursos escritos y corregidos, lo manualmente hecho, lo artesanal de lo urgentemente hecho.
La contramemoria
La memoria colectiva del feminismo se presenta a modo contramemoria al legado heredado sobre la transición El movimiento de la segunda ola aceleró el tiempo de la política de la transición modificando el contenido del contrato social que se alumbraba en la incipiente democracia del momento. Las mujeres participaron en la resistencia a la dictadura, a su manera, articulando una lucha contra los delitos llamados “femeninos”resumida bajo el lema “Amnistía para la mujer”. El feminismo demostró su fuerza política en la conquista de derechos como la despenalización del adulterio y los anticonceptivos (1978) , la aprobación de la ley de divorcio (1981), la despenalización del aborto (1985) así como la desestigmatización de la prostitución. Los sucesos de Bilbao entre los años 1979 y 1982,a raíz de los juicios por aborto a las 11 mujeres de Basauri, constituyen un hito en la emergencia de un sujeto político feminista con capacidad de movilización y de interlocución social. Las mujeres de Basauri entraron culpables en los juzgados en 1979 y salieron absueltas en 1982; no sólo porque la justicia les declarara inocentes, sino porque la percepción social se modificó hacia las tesis feministas sobre el derecho a una sexualidad libre y una maternidad deseada.
La autonomía y el pluralismo
Los años 80 fueron los de la consolidación del feminismo como movimiento autónomo, y también el tiempo de la pluralidad identitaria y constitutiva. Una tensión interna, tan actual, que se ha materializado en una disposición expositiva con esquinas en estructuras que contienen aristas, pliegues, encuentros y aperturas. Estallaron propuestas y prácticas feministas divergentes en sus formas de entender la política, dando lugar a diversas organizaciones en su seno; eso sí, preservando el legado de la autonomía de las mujeres. Se configuró así un mapa caleidoscópico en espacios, miradas y maneras de practicar el feminismo. No hay una manera única de hacer el recorrido de la exposición, como tampoco hay una manera única de ser feminista. Según el ángulo de visión que se adopte se producen encuentros entre distintos materiales, debido a esta estructura que se abre y se cierra. Se abren otros caminos y otras maneras de entender. Quizás sea este un rasgo del feminismo que haya sostenido su vitalidad y le haya dado ventaja política frente al fenómeno desencantamiento.
Política feminista
La exposición acaba a principios de los años 90, los años de repliegue de la ola o si se prefiere de la resaca, una metáfora de la reacción social que se produce de cara a restablecer el orden de género que se había destruido. Aunque el movimiento mostraba ciertos signos de agotamiento, la política feminista había cosechado grandes éxitos en una longitud de onda no muy larga. La expo tiene una mirada transversal sobre los grandes asuntos de la política feminista, trayéndolos a un presente que los lee desde las conquistas logradas y desde los retos del futuro. Por eso también tiene un lógica temática interna enfocando aquellas espacios y relaciones sociales que el feminismo contribuyó a modificar: la sexualidad, el trabajo, las agresiones sexuales y la violencia contra las mujeres, el lesbianismo feminista, la coeducación así como la práctica desde la acción directa en los barrios.
Fragilidad
Quienes hemos elaborado esta narrativa sobre el movimiento feminista en Bizkaia somos conscientes de su frágil orden, sometido, como siempre en el quehacer historiográfico, a la integración de nuevas voces y de nuevas memorias. Somos conscientes de la inestabilidad de las relaciones de género en el tiempo. Por eso los restos de los materiales utilizados están a la vista. Se pueden ver los botes vacíos de pintura, los trozos de plástico que no se han usado. Como cualquier narrativa histórica lo que aquí se plantea es una interpretación. Hay márgenes, sombras y esquinas.Los biombos se pueden cerrar y abrir, se pueden colocar de otras formas y tienen además la capacidad de adaptarse en el espacio en el que están. No son elementos estáticos sino que están en movimiento. Las paredes de la exposición se mueven, cambian, se pueden expandir y se pueden plegar. Nunca nada es definitivo. Vivimos un presente urgido por un feminismo en movimiento y siempre en construcción.
En este sentido, la experiencia misma del montaje de la exposición nos confirma algo que las historiadoras ya sabíamos y es que la memoria del feminismo está viva y abierta a un pasado que siempre vuelve, transportando aquellos futuros imaginados por las mujeres que lucharon por romper las normas de género, por liberar espacios cerrados y crear nuevas estructuras políticas.
Patrimonio inmaterial
La documentación histórica que exponemos ha sido concebida y creada en su mayor parte por mujeres. Mostramos objetos materiales que las mismas feministas han ido guardando y custodiado porque para ellas era importante. Hemos contado con la colaboración de muchas personas y colectivos (Lanbroa) que nos han cedido sus fondos documentales privados y sin cuya generosidad hubiera sido imposible hacer este recorrido por la memoria del movimiento feminista. Ha sido una experiencia de bola de nieve en la que según íbamos contactando con más mujeres, se iban animando a desempolvar sus papeles, a limpiar armarios, a ceder fotogramas, camisetas, a aportar y, también, a hablar, hasta crear un fondo material plural y rico en matices. La historia y memoria del feminismo en Bizkaia es posible gracias a los 25 años de trabajo de recopilación, custodia y clasificación de documentos de carácter histórico del Centro de Documentación de Mujeres Maite Albiz, que de forma silenciosa, tenaz y persistente ha hecho posible que hoy tengamos a nuestra disposición un patrimonio cultural feminista de enorme valor. Su compromiso con este proyecto ha sido esencial para su desarrollo.
Mercedes Arbaiza
Universidad del País Vasco (UPV-EHU)
Comisaria de la exposición: “ZUTIK, ZUTIK.ZUTIK. Historia y memoria del movimiento feminista en Bizkaia, 1968-1994”