(Galde 11, verano 2015).
Construyendo convivencia
Este pasado mes de septiembre un grupo de víctimas de ETA, los GAL y de abusos policiales presentaban, primero en el Instituto de la Memoria en Bilbao y después ante la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, el manifiesto ERAIKIZ (construyendo). 1
Que todos los partidos afirmen que el recurso de la violencia está mal hoy y también lo estuvo ayer, que se reconozca a todas las víctimas sin discriminaciones o que se reactive la ponencia de paz del Parlamento vasco, son algunas de las propuestas del documento. Esta iniciativa, que agrupa a diferentes víctimas que compartían previamente su presencia en las aulas como víctimas educadoras, cuenta con algún precedente, como fue la iniciativa Glencree del año 2012. Su importancia de cara a la definitiva deslegitimación de la violencia, a la reparación de todas las víctimas y a la normalización de la convivencia social y política en nuestra comunidad está fuera de toda duda.
Entresacamos algunos fragmentos de la primera parte del manifiesto, a la espera de poder prestarle mayor atención en próximos números.
A.D.
IDENTIDAD: ¿QUIÉNES SOMOS?
Somos familiares de personas que han sido asesinadas por el terrorismo y la violencia de diverso signo de Euskadi, prueba de que la violencia ha existido.
Somos un grupo plural, diverso, que ha decidido compartir reflexiones, vivencias y experiencias del dolor que hemos sufrido, con un ánimo restaurador y constructivo.
¿QUÉ APORTAMOS?: CONVICCIONES. Creemos que los derechos humanos son un absoluto ético. La violencia es inadmisible. Ha sido, es y será un fracaso siempre. No tiene justificación alguna, en ningún caso y bajo ningún concepto, ni siquiera como respuesta a la mayor de las injusticias previamente sufrida. Creemos que es necesario conocer todo lo que ha sucedido, contarlo de una manera fiel y completa, para aprender de ello y garantizar que no se repita jamás. Nuestra apuesta para el futuro es que la convivencia es posible.
VALORES. Siendo un grupo diverso, compartimos una serie de valores: Unidad, Tolerancia, respeto y valor de la diversidad, Empatía y solidaridad. Libertad para ser, para expresarse y para vivir la propia vida, Justicia e Igualdad en derechos para todas las víctimas.
El valor de la paz asentada en unos principios éticos y morales sólidos. Valentía, responsabilidad y compromiso.
APORTACIONES: ¿QUÉ PODEMOS APORTAR?
Nuestro testimonio como memoria viva, como ejemplo de superación de lo ocurrido, de reconstrucción de nuestras vidas sin odio pero sin olvidar.
Relatamos lo que nos ha ocurrido, desde nuestras distintas experiencias; explicamos el proceso que hemos seguido para intentar superar lo sucedido y rehacer nuestras vidas. Y lo hacemos compartiendo valores y principios, desde una firme posición contraria a la violencia y a favor de la convivencia:
Soporte y ayuda a otras víctimas. Compartir relatos sirve, por un lado, para ayudarnos mutuamente aprendiendo de las experiencias de los demás y, por otro, como ayuda para otras víctimas.
Unidad. Somos ejemplo de unidad, con un discurso nítido en contra de la violencia y a favor de la memoria.
El reto, el desafío que interpela. Nuestra presencia da visibilidad a lo que ha ocurrido; ponemos encima de la mesa una realidad que es incómoda y que muchos prefieren ignorar. Exteriorizamos nuestros sentimientos de un modo respetuoso y, con ello, ayudamos a romper prejuicios, a remover la pasividad y la indiferencia social, a promover la sensibilización con la realidad de las víctimas.
Superación de estereotipos. Como parte de la sociedad y desde el respeto a todas las víctimas, ponemos empeño en salir de la victimización y en ampliar la imagen social de las víctimas, rompiendo el aislamiento que provocan los estereotipos.
Capacidad de consensuar y acordar. El diálogo y la escucha son nuestras herramientas. Nuestra voluntad de conciliación nos permite alcanzar consensos y lograr acuerdos.
Convivencia. Nuestra aportación constructiva a favor de la convivencia es clara: constituimos un ejemplo de que se puede llegar a convivir.
Notes:
- Son firmantes del manifiesto Carlota Arguimberri, sobrina de Carlos Arguimberri Elorriaga, Marta y Sara Buesa, hijas de Fernando Buesa Blanco, Josu Elespe, hijo de Froilan Elespe Inciarte, Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, José Goikoetxea, hijo de Joseba Goikoetxea Asla, Josemi Gómez Elosegi, hermano de Francisco Javier Gómez Elosegi, Nagore González, hija de Manuel Vicente González Vilorio, Mari Carmen Hernández, esposa de Jesús María Pedrosa Urquiza, Andoitz e Ibai Korta, hijos de Jose Mari Korta Uranga, Dori Monasterio, hija de Fermín Monasterio Perez, Inés Núñez de la Parte, hija de Francisco Javier Núñez Fernández, Mikel Paredes, hermano de Juan Paredes Manot, Pili Zabala, hermana de José Ignacio Zabala Artano. ↩