Mónica Oltra Jarque, Vicepresidenta y portavoz del Gobierno valenciano, Consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas. Lideresa de COMPROMÍS y cofundadora de Iniciativa del Poble Valencià, uno de los tres pilares de la coalición junto con el BLOC y Verds-EQUO.
Mónica Oltra, lideresa más allá de Compromís
(Galde 13, negua/invierno 2016). Entrevista realizada por Alfons Àlvarez García.
A Mónica Oltra se la podría calificar de política hiperactiva. A pesar de sus múltiples ocupaciones en el gobierno valenciano, su presencia en los platós de televisión se ha vuelto habitual. Como el buen aceite, Mónica forma parte de las mejores salsas.
En febrero, Mónica Oltra visitó Leros y Lesbos, dos de las islas griegas a las que casi todos los días llegan centenares de refugiados huyendo de la guerra. Unas más, otras menos, las doce islas del archipiélago del Dodecaneso están a poca distancia de la costa turca. Desde algunas de ellas se pueden distinguir las playas de las que zarpan las barcas día y noche. En la mayoría de esas «pateras» que cruzan el Egeo, además de personas adultas viajan también niñas y niños, familias enteras que buscan un horizonte de paz para poder reconstruir sus vidas.
La foto de Aylan Kurdi, el niño sirio ahogado en una playa turca tras naufragar la barca en la que viajaba rumbo a Grecia, sacudió la conciencia de la ciudadanía europea. Casi todos los días hay niños como Aylan que mueren ahogados sin lograr salir de la pesadilla. De tan repetida, la tragedia ha dejado de ser noticia.
En la ciudad de Mytilene, en la isla de Lesbos, Mónica Oltra firmó varios acuerdos de colaboración del gobierno valenciano con autoridades locales y con organizaciones de cooperantes que trabajan con refugiados sobre el terreno.
Mónica Oltra. «Desde el momento en que supimos de la magnitud de la crisis de los refugiados sirios, tanto el Consell de la Generalitat como la Conselleria que encabezo, nos pusimos a trabajar para encontrar salidas que pudieran paliar, en la medida de lo posible, el drama que se está viviendo en el Egeo. Cuando las fronteras terrestres se cierran –como estamos viendo en Macedonia y en otros países del centro y del este de Europa- hay que abrir las fronteras del mar. La naviera Balearia ha puesto a disposición del gobierno valenciano barcos de su flota. Se trata de traer por mar a los poco más de mil refugiados que nos corresponden en el rácano reparto que ha hecho la Unión. Pero el gobierno de Mariano Rajoy, ni antes ni ahora que está en funciones, ha movido ni un dedo por los refugiados. Ni hace ni deja hacer. La competencia en el tema de la acogida de refugiados es estatal y el gobierno de la nación no nos autoriza a llevar a cabo nuestras iniciativas. El coste sería asumido íntegramente por las arcas autonómicas, a pesar del saqueo al que fueron sometidas por los gobiernos del PP. Ahorraríamos en otras partidas para poder atender esta contingencia. No podemos racanear con la solidaridad. La sociedad civil está preparada y nos pide soluciones. Numerosas personas se han ofrecido voluntarias para ayudar y acoger a los refugiados. Valencia se ha declarado «ciudad de acogida», como la propia Comunidad Valenciana. Los alojamientos también están preparados. Sólo falta voluntad política por parte del gobierno en funciones».
La ciudadanía parece cansada de la pasividad de los gobiernos cuando ve todos los días por televisión imágenes terribles de los campos de refugiados. ¿No le preocupa que esta inacción alimente el descrédito de la política?
M.O.- Sí. Por eso nos hemos puesto de acuerdo con otras diez autonomías para instar al Congreso a crear una subcomisión mixta que aborde la crisis de los refugiados. No podemos esperar más. Se trata del drama humanitario más grande que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial. También reclamamos al Gobierno de Mariano Rajoy, aunque esté en funciones, un cambio en su discurso público. Tenemos que garantizar que los refugiados lleguen a nuestro país, y al resto de países de la Unión, en condiciones de seguridad y sin alargar más sus sufrimientos. También vamos a exigir al gobierno central los medios necesarios para poder dar una acogida amable a los refugiados después de todo lo que están pasando».
El viernes 18 de marzo, la Comisión Europea ratificó el llamado acuerdo «de la vergüenza» con el gobierno turco de Erdogan, para convertir a Turquía en la nueva frontera de Europa. El acuerdo legaliza las devoluciones «en caliente» ya que los inmigrantes (sean o no refugiados, sean o no sirios) que entren en Europa de forma ilegal serán devueltos a Turquía para que los envíe a sus respectivos países de origen. Por tanto, se trata de un acuerdo contrario a la propia normativa europea sobre refugiados, incluso que contraviene la legislación internacional de Naciones Unidas que protege el derecho al asilo para las personas que huyen de la guerra. Además, el acuerdo supone un balón de oxígeno para el actual gobierno turco, denunciado por sus continuas violaciones de los derechos humanos. Con el agravante de que Turquía no considera refugiados a los sirios. A cambio, la Unión Europea dará a Turquía 6.000 millones de €, se compromete a traer desde Turquía a un número de refugiados equivalente al de expulsiones, desbloquear las negociaciones para su ingreso en la Unión y eximir a los turcos de la necesidad de visado para viajar a la Unión Europea, a partir del próximo mes de junio.
M.O.- Es indignante ver la pasividad, la anorexia moral y la falta de voluntad política tanto del gobierno español en funciones como de la Unión Europea. Están regateando con las vidas de miles de personas. Se calcula que hay más de 6 millones y medio de desplazados en el interior de Siria, y 4 millones fuera del país, de los que 3 de cada 4 está en el umbral de la pobreza y en una situación de extrema vulnerabilidad. Si cada uno de los municipios valencianos acogiera a un refugiado se podría ayudar a 600 personas, y eso sin apenas hacer nada. Es una infamia lo que está haciendo Europa con los refugiados, un mercadeo de personas, de vidas humanas, que sólo responde a intereses económicos, olvidando los humanitarios. Los ciudadanos de la Unión Europea tenemos que plantarnos, tenemos que decirle a nuestras instituciones comunitarias que no en nuestro nombre. No podemos consentir que un gobierno que desprecia los derechos humanos y persigue la libertad de prensa, como hace el gobierno de Erdogan, se convierta en la policía de Europa.
Los resultados del 20D han dibujado un hemiciclo más plural. En donde el pacto se hace necesario. Tanto para lograr la investidura de un Presidente del Gobierno como para la formación del ejecutivo. El mecanismo constitucional para lograrlo se puso en marcha inmediatamente. Primero se acordó una Mesa del Congreso. Y ahí apareció la primera sorpresa, cuando el PSOE facilitó una mayoría de derechas para que C’s apoyara a Patxi López como presidente de la Cámara Baja. Después se sucedieron los acontecimientos con la negativa de la Mesa, controlada por PP y C’s, a que COMPROMÍS formara un grupo propio, una promesa electoral de la coalición con PODEMOS.
M.O.- Tras el 20D, se perdió un mes sin reunirse, sin intentar llegar a acuerdos. Al principio todo fue muy mediático. Pedro Sánchez debería haber tomado la iniciativa desde el primer momento. Hay una mayoría en el Congreso que apuesta por el cambio. Una mayoría de izquierdas que debe contar con complicidades, ¡claro! El PSOE necesitó que Pablo Iglesias pusiera encima de la mesa una alternativa de un gobierno de izquierdas para comenzar a hacer propuestas. Luego ya hemos visto que el interés de la dirección del PSOE ha ido más hacia C’s que hacia conformar un ejecutivo que haga políticas pensando en las personas, en acabar con el autericidio, con los desahucios, en hacer una fiscalidad más justa, más atenta a quienes se están quedando por el camino de una crisis causada por la ambición de quienes más tienen. Todo eso se intuyó a partir de la elección de la Mesa del Congreso. Su control por parte del PP y C’s fue patente desde el primer momento. A la hora de conformar los grupos parlamentarios, la Mesa hizo una lectura muy restrictiva del Reglamento. Además de negarnos a COMPROMÍS formar grupo, también se lo negaron a ERC-Bildu-Unidad Popular. De este modo nos condenaban a formar parte de un Grupo Mixto convertido en un cajón de sastre de complicada gestión.
El lunes 14 de marzo se levantó el secreto del sumario en el llamado caso Taula, una supuesta trama de financiación ilegal del PP que anidó en el grupo popular del Ayuntamiento de Valencia. A excepción de un concejal, todo el grupo se encuentra investigado, antes imputado. La Unión Europea se plantea pedir la devolución del dinero prestado para proyectos autonómicos que fueron mermados por la corrupción. En la pasada legislatura, usted destacó por combatir de forma incansable la corrupción desde Les Corts. ¿Se trata del principal problema que tiene el pueblo valenciano?
M.O.- Sin duda es importante. Por la cantidad de lo robado, pero también porque ha minado nuestra credibilidad política y nuestra autoestima como pueblo. Toda corrupción es condenable. La lucha contra la corrupción es uno de los temas que debería figurar en la hoja de ruta de las negociaciones para formar gobierno. Además, lo que es intolerable es la actitud que mantiene en PP respecto a la corrupción que le afecta. Lo hemos visto con el comportamiento de Rita Barberá, que fue alcaldesa de Valencia durante 24 años, desde que estalló el caso IMELSA.
Oltra ha remarcado que cuando uno está «en una borrachera de poder y se cree omnipotente y por encima de los demás, se cree con derecho a plantar a los Corts valencianas» que, según ha subrayado, es «donde está la soberanía popular y donde están los diputados que ha elegido el pueblo». De este modo, ha criticado la «falta de respeto a la democracia» de la exalcaldesa al «plantar al órgano de representación máxima» de los valencianos.
De icono de la lucha contra la corrupción al Gobierno valenciano
Mónica Oltra se confiesa seguidora de Borgen, la serie danesa en la que la líder de un pequeño partido de centro liberal, Birgitte Nyborg, es capaz de convertirse en jefa del Gobierno negociando hábilmente con los grandes partidos por la vía de construir acuerdos programáticos. Al margen de las diferencias ideológicas, está claro que la identificación puede ser grande. Dos lideresas de dos partidos pequeños (Iniciativa del Poble Valencià lo es en comparación con el Bloc, el principal socio de la coalición COMPROMÍS que a su vez es pequeña en comparación con el PSOE, por ejemplo), se convierten en claves para la formación de sus respectivos gobiernos.
En las elecciones autonómicas del 24 de mayo de 2015, COMPROMÍS fue la gran revelación en el panorama político valenciano. Los 452.654 votos obtenidos, el 18,19% del total, supusieron para la coalición COMPROMÍS 19 escaños en el parlamento autonómico. Un resultado histórico. A tan solo 52.532 votos del PSPV, la segunda fuerza en Les Corts con 23 escaños. Los resultados permitieron un acuerdo a tres bandas, PSPV (23), COMPROMÍS (19) y PODEMOS (13) que suman 55 escaños, y la mayoría absoluta para un gobierno bipartito del que se autoexcluyó PODEMOS y cuya presidencia ostenta Ximo Puig (PSPV). Frente a este acuerdo de izquierdas, están los 31 escaños del PP (fue la opción más votada) y los 13 de C’s.
COMPROMÍS pasó en una legislatura de 5 a 19 diputados/as, con un crecimiento superior al 200% y convirtiéndose en la tercera fuerza valenciana, a bastante distancia de PODEMOS y de C’s. Gran parte del éxito electoral se debe a Mónica Oltra. Durante la anterior legislatura, Oltra se convirtió en el icono de la lucha contra la corrupción. Sus intervenciones en el parlamento autonómico, luciendo camisetas con eslóganes referidos a la actualidad política valenciana, y denunciando el comportamiento antidemocrático y corrupto de los dirigentes del PP, le valieron una gran popularidad más allá de la Comunidad Valenciana. Ahora COMPROMÍS forma parte del gobierno valenciano y Mónica Oltra es su vicepresidenta y portavoz.
Pocos meses después, el pasado 20 de diciembre, en las elecciones generales, COMPROMÍS en coalición con PODEMOS confirmó los magníficos resultados obtenidos en las anteriores convocatorias. Ambas fuerzas se presentaron como COMPROMIS-PODEM– #ÉsElMoment. Con más de 670 mil votos, el 25% de los votantes y 9 diputados, la coalición con PODEMOS -defendida desde el principio por Mónica Oltra-, logró el sorpasso superando en más de 140 mil votos al PSPV/PSOE, y quedando en segundo lugar tras el PP que, aunque perdió casi la mitad de sus votantes, aún logró el apoyo en las urnas de más de 800 mil valencianos y valencianas.
El 20D, en el País Valenciano, el bipartidismo salió malparado. Más que en el resto del Estado. El sistema electoral preconstitucional con el que concurrimos a las elecciones desde que se puso a prueba en 1977, en los primeros comicios del post franquismo, demostró su eficacia como soporte del bipartidismo. Los 300 mil votos de diferencia entre el PSOE y PODEMOS se convirtieron en 22 escaños en el Congreso. A Unidad Popular, sus dos escaños le costaron casi un millón de votos.
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Yo habría secuenciado las negociaciones de otra manera. En la negociación para conformar el gobierno valenciano, primero negociamos el qué. Luego planteamos la estructura del gobierno. Y por último negociamos el quién»
(Respecto a cómo ha planteado Pablo Iglesias las negociaciones para formar gobierno)
«Habría que sentarse a hablar de medidas políticas. De cómo terminar con los desahucios, y con la pobreza energética. Cómo crear empleo, o qué hacer para ir cambiando un modelo energético que nos hace totalmente dependientes de los combustibles fósiles, unos recursos que no tenemos»
«Rajoy debería ser un poco más humilde. Y en vez de ver la paja en el ojo ajeno, el PP debería analizar los motivos por los que ha perdido tantos votos». «Cuando hablamos del PP estamos hablando del primer partido imputado en nuestro país por financiación ilegal»