(Galde 16, otoño/2016). Sabiñe Zurutuza.
Este pasado octubre la BBC emitió el documental Hipernormalisation, todo un curso condensado de la historia secreta de los eventos políticos de los últimos años, pero sobre todo de sus motivaciones ocultas y los sistemas operativos de la realidad. Las ramificaciones son vastas, el panorama que dibuja es desconcertante; lo único seguro es que cualquiera que quiere entender el mundo actual, más allá de que suscriba a las ideas de Curtis o no, se verá beneficiado viendo esta obra.Su director Adam Curtis sugiere, a lo largo de casi 3 horas de intensa estimulación sensorial e intelectual, que hemos convertido el mundo en una masivo engaño que todos consumimos, hasta al punto de que es tomado como lo normal. El término que usa es Hipernormalisation, tomado de un libro del historiador ruso Alexei Yurchak, con el que describe los últimos días del estado soviético en los que todos sabían que el sistema era insostenible; nadie creía ya en la ideología ni en el futuro.
Hypernormalisaton sitúa el origen de este proceso en 1975. (En un mundo irreal y físicamente infinito, como el nuestro, todos los puntos son el centro, así que realmente Curtis podía haber escogido cualquier punto en la historia y desde ahí empezar a conectar las hebras). Pero el primer punto que escoge es octubre de 1975, el momento en el que los bancos tomaron control de Nueva York. La ciudad enfrentaba la bancarrota y los bancos habían decidido no tomar su deuda. Para salvar a la ciudad, que se mostraba incompetente, el gobierno aceptó la injerencia de los bancos que la obligaron a tomar medidas de austeridad. Emblemáticamente, para Curtis, este día marcaría el relevo de poder de lo político a lo financiero.
Adam Curtis declara: “Se trata de una gigantesca narrativa que abarca 40 años y que está protagonizada por un extraordinario reparto de protagonistas, entre los que se incluyen la dinastía Al Assad, Donald Trump, Henry Kissinger, Patti Smith, Vladimir Putin, máquinas inteligentes, gángsters japoneses, terroristas suicidas y la extraordinaria historia, nunca contada, del ascenso, caída, nuevo ascenso y finalmente asesinato del coronel Muamar Gadafi.”
Todas estas historias se entrecruzan para demostrar cómo se ha creado este mundo falso y vacío de hoy. En parte, por aquellos que están en el poder —políticos, financieros y utópicos tecnológicos— que, en lugar de enfrentarse a las verdaderas complejidades del mundo, han retrocedido ante ellas para, en su lugar, construir una versión más simple de este mundo para aferrarse al poder. Curtis traza lo que ha sido llamada por un periodista del New York Times “la historia secreta de todo”, un banquete de periodismo de investigación, imágenes subversivas, glitches, paranoia iluminada y análisis sociológico.
Todo esto, explica Curtis, es parte de lo que agencias de inteligencia han llamado “el manejo de la percepción”. El ejemplo más taimado y genial de este “manejo de la percepción”, es Vladislav Surkov exdirector de teatro vanguardista y responsables de mantener a Putin en el poder a través de una serie de estrategias que desafían toda noción de manipulación política, instaurando un teatro de ilusiones sobre la faz de la política rusa. Surkov ha creado partidos políticos enteros que se oponen a Putin, grupos antifacistas y a la vez también grupos neonazis como actores de un juego de ajedrez político cuyo motivo parece ser la confusión total, hacer que nadie sepa qué es real. Un analista la llamó “una estrategia de poder que mantiene a toda oposición completamente confundida, una interminable metamorfosis que es invencible porque es indefinible”. Pero lo verdaderamente innovador, y totalmente en sintonía con nuestra época, según Curtis, es que Surkov no sólo alimenta las teorías de conspiración, él mismo se atribuye la autoría de estas maquinaciones.
Una pincelada genial puede verse en la secuencia de la destrucción de los edificios simbólicos del poder de Nueva York, tomando películas de Hollywood de antes del 2001, un guiño directo de las fuerzas de la destrucción de la realidad.
Hypernormalisation: Adam Curtis traza un camino de Siria a Trump, vía Jane Fonda.