Galde 19 (verano/2017). Josetxu Riviere.
Jokin Azpiazu Carballo es, entre otras cosas, sociólogo, investigador y activista. En este texto nos traslada reflexiones individuales y colectivas sobre algunos de los principales debates que hoy en día atraviesan la relación de las masculinidades, el feminismo y el trabajo con hombres.
El libro se divide en cuatro capítulos. El primero comienza con unos apuntes autobiográficos dónde nos explica el porqué, cuándo y cómo se ha gestado el texto. Un recorrido que comienza en Ermua a mediados de los 90 y, pasando por Barcelona, vuelve a la Euskadi de finales de la primera década del 2000.
En el segundo capitulo, “Homo homini lupus”, analiza de qué manera es necesario (re)pensar la masculinidad y las nuevas formas de hegemonía masculina. En su opinión, los estudios y discursos sobre la masculinidad nos encontramos con que en muchas ocasiones son excesivamente autorreferenciales. Frente a ello, el libro nos propone “Mantenernos cerca de los movimientos feministas y prestar atención a sus propuestas, más allá de la mera aprobación paternalista («está bien lo que plantea esta gente»), leer y acercarnos al pensamiento feminista, romper nuestros círculos habituales de socialización y saber participar de otros espacios sin apropiárnoslos”.
En una sociedad donde el estereotipo machista tradicional, desagradable y nocivo, provoca rechazo, el autor se pregunta si el modelo que entendemos como hegemónico y que mantiene la desigualdad no está ya más cerca del «patrón del hombre «bueno y sensible» que «respeta a las mujeres» sin por ello perder el control sobre la situación” que de modelos machistas tradicionales y estereotipados.
Señala preguntas importantes por resolver para los grupos de hombres e iniciativas por la igualdad dirigidas a hombres: ¿Qué hacen de nosotros y con nosotros el patriarcado o los sistemas de género? ¿Podemos plantear que los hombres también somos victimas del patriarcado? Estas son cuestiones a las que responde Jokin Azpiazu, así como, siempre en debate y tensión, la forma en la que las instituciones y los grupos de hombres por la igualdad trabajan. ¿Son acertadas las estrategias que se están realizando? ¿Qué mirada critica podemos-debemos realizar sobre su diversidad y objetivos? Su reflexión se dirige, también, a analizar en qué medida los hombres están situando el espacio individual como único espacio de acción, convirtiendo “lo personal es político” en “lo político es personal”.
El género, el poder y los privilegios masculinos ocupan la parte central del tercer capitulo, “Hombres, movimiento y feminismo”, con una mirada autocrítica sobre los movimientos sociales, su organización a la medida de las necesidades “masculinas” y su reacción ante la violencia machista. Subraya como una obligación acuciante la reflexión sobre la reproducción de estructuras patriarcales dentro de los movimientos sociales, así como sobre la violencia machista que se produce en su seno y de qué forma respondemos ante ella. Cuestión esta que requiere de un profundo auto-cuestionamiento y que en su opinión está sin resolverse.
En el cuarto capitulo, “Incomodidad productiva y aprendizaje del malestar”, incide en la necesidad de abordar la masculinidad no como una cuestión identitaria sino como un problema político. Con el objetivo de generar metodologías de trabajo e intervención con los hombres que generen aprendizaje y acción nos propone trabajar la idea de la culpa y de la incomodidad productiva, generando espacios en “los que poder hablar, proponer y pensarnos con tranquilidad y calma, pero de los cuales no saldremos cómodos ni tranquilos, sino con más preguntas, incertidumbres e inseguridades que al principio y sin carta blanca para permanecer inmóviles por no saber qué hacer”. Todo ello con un horizonte que contemple la abolición de la masculinidad como un sueño posible.
El epílogo se presenta en forma de diálogo sobre los temas anteriores entre el autor e Idoia Aizmendi, persona de larga trayectoria en el movimiento feminista y durante muchos años técnica de igualdad en el Ayuntamiento de Getxo.
Sin necesidad de estar de acuerdo con todos sus planteamientos y propuestas, se trata de un libro que nos hace pensar y revisar nuestras ideas y nos obliga a reflexionar, contrastar y debatir sobre la igualdad, las masculinidades y el trabajo con los hombres y el feminismo.