(Galde 01, invierno/2013). Que Le Monde abra su portada con un contundente ‘Los parados de la Europa del sur, nuevos migrantes’ ilustra la repercusión de un fenómeno incipiente que no alcanzará las dimensiones de la oleada de los sesenta (la Europa del norte demanda cuellos blancos, no sucios, y aún son pocos, incluso entre periodistas…), inquieta como está la Fortaleza por las acometidas del Tercer Mundo real, y que no tiene aún, es pronto, su reflejo cinematográfico, que nos tememos se vehicule como peripecias cómico-eróticas de los que vuelan de Lisboa o Madrid a Oslo a probar suerte…; así las cosas, siempre provisionales, revisamos los títulos presentados en el festival donostiarra que más pueden interesaros temáticamente.
Aquí y allá, de Antonio Méndez Esparza (Horizontes Latinos; estreno previsto, 1 de marzo de 2013), ha sido el filme más perspicaz y acucioso sobre la realidad contemporánea de los migrantes, desde una perspectiva alejada de lo acostumbrado. Multipremiado en festivales, de la Semana de la Crítica de Cannes a Tesalónica, este documental al borde de la ficción recoge la vivencia personal y familiar de un mexicano de Guerrero no en su trayecto a EE.UU., ni en su estadía allá, fuesen o no problemáticos, sino en su regreso, en su difícil reincorporación a la vida cotidiana, a las restricciones económicas, sociales (que trata de solventar mediante una iniciativa musical empresarialmente endeble), e, inevitablemente, emocionales, tras una larga ausencia que le ha trastocado sus referencias. El respeto por las personas, hechas personajes en trazos mínimos, y la ética de la sinceridad, nos ganan la mirada y compensan la falta de picos narrativos: los que aquí proporcionan los silencios, las miradas y las palabras justas.
Wilaya, de Pedro Pérez Rosado (Made in Spain), es el más redondo acercamiento de su director (recordemos Agua con sal, 2005, también presentado en el Zinemaldi, o sus Cuentos de la guerra saharaui, 2003) al pueblo saharaui y a su desarraigo -‘esa terrible sensación de provisionalidad permanente’-, a través del reencuentro en el campamento familiar de dos hermanas, separadas por la discapacidad de una pero sobre todo por la larga ausencia en España de otra, en quien se concretan las tensiones: entre lo individual y lo colectivo, las aspiraciones personales y las normas sociales preimpuestas, la gran divergencia cultural, cierto machismo inesquivable y un agudo sentido de orfandad personal e identitaria. La adaptación de la española a su viejo/nuevo entorno se resuelve mediante un futuro más abierto que el previsible para su pueblo.
La retrospectiva dedicada a Cine en Construcción, plataforma bianual compartida con Toulouse y que impulsa la terminación de filmes latinoamericanos, ha permitido recuperar Fuera de juego, de Víctor Arregui (Ecuador, 2002), situado en el auge de la inmigración en España y adobado por una intriga negra, que conserva su fuerza dramática, y Norteado, de Rigoberto Perezcano (2008), uno de los que mejor han reflejado la frontera entre México y Estados Unidos, tierra promisoria a la que aspira su protagonista, pero cuyo interludio en Tijuana le confronta a nuevos sentimientos que ha de conjugar con sus nostalgias: su familia, las mujeres que conoce en un entorno provisional que se vuelve permanente; una doble inflexión sobre las raíces asumidas, una madura voz entre el documental y la ficción sin apenas artificios.
La tentación migratoria está presente en algunos segmentos de la desigual 7 días en La Habana (Zabaltegi-Especiales); el del palestino Elia Suleiman, sin embargo, muestra con su peculiarísimo humor los límites del extrañamiento entre culturas. Otro extrañamiento, el de la propia memoria, confrontada a la represión carcelaria y el exilio forzoso, domina la abrupta, pero esteticista, Fasle Kargadan, del kurdo Bahman Ghobadi (Oficial), ya triunfador en Donostia. Por último, mencionemos tres películas muy distintas que coinciden en retratar a mujeres en entornos hostiles y muy alejados de los propios: el delicioso clásico El festín de Babette (Gabriel Axel, 1987; Culinary Zinema), Silent City (Threes Anna; Nuevos Directores), sobre la soledad de una europea que trata de aprender a cortar pescado en Tokio, y Katmandú, un espejo en el cielo (Icíar Bollaín, Made in Spain), basada en la historia real de una maestra decidida a trabajar en una pobreza desoladora.