Tras casi cuarenta años de conflicto armado con el Estado turco, el pasado 12 de mayo el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) anunció su disolución y desarme. Esta decisión fue bien recibida por el gobierno turco, la oposición, los partidos kurdos y el mundo en general. Se espera que este paso detenga un mayor derramamiento de sangre, dado que decenas de miles de ciudadanos de ambos bandos han muerto estas últimas décadas por este conflicto.

Shwan Mohammed
Los últimos esfuerzos de paz comenzaron el pasado octubre, cuando el socio de coalición del presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, el político nacionalista de extrema derecha Devlet Bahceli, sugirió que el dirigente del PKK, Abdullah Öcalan, podría obtener la libertad condicional si el grupo renunciaba a la violencia y se disolvía. Después, el día 27 de febrero, Öcalan hizo un llamamiento a los combatientes kurdos a dejar las armas y pidió a los miembros del grupo reunirse para disolver el movimiento. Esta iniciativa es un nuevo intento de poner fin al conflicto, no sólo en Turquía, sino en todo el Levante, especialmente en Siria e Irak, donde hay bases del PKK.
Tras el anuncio del PKK del desarme, hubo una mirada instantánea al otro lado de la frontera, hacia Siria, especialmente la zona bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una fuerza militar encabezada por los kurdos contra la que Turquía ha luchado repetidamente esta última década. Las FDS están compuestas por las Unidades de Defensa del Pueblo y de la Mujer (YPG/YPJ, por sus siglas en kurdo), que Turquía considera grupos terroristas y la rama siria del PKK. Sin embargo, estas fuerzas reciben apoyo de Estados Unidos y de la Coalición Internacional contra el autollamado Estado Islámico (ISIS).

Kurdistán América Latina
El político kurdo y antiguo responsable de las relaciones exteriores de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES), Bedran Ciya Kurd, dice que la iniciativa de Öcalan para la paz y el diálogo en Turquía y en el norte de Kurdistán (BAkur) es una iniciativa y un proyecto históricos. “Es un vuelco de la lucha armada hacia la política. La importancia de este paso no se limita solo a Turquía, sino que afectará a toda la región. Con esta decisión, Turquía no tendría razón de matar a los kurdos. Debería empezar una etapa de diálogo, que significaría que ya no los vería como una amenaza para la seguridad nacional turca”, añade Ciya Kurd.
Las autoridades de la AANES felicitaron las decisiones del XII Congreso del PKK en una declaración en la que decían que la decisión de Abdullah Öcalan era histórica y una solución radical al dilema del Levante, basada en los fundamentos de la paz, la democracia y la justicia social. Por su parte, el comandante de las FDS, Mazloum Abdi, dijo que su grupo no se desarmaría y que la decisión de Öcalan no se extendía a Siria.
El director del Centro Kurdos Sin Fronteras, Kadar Piri, dice que la decisión del PKK no implica a las FDS o a otras fuerzas kurdas de otras partes de Kurdistán. “El desarme del PKK no tiene nada que ver con las FDS. Damasco y las FDS tienen acuerdos mediante los cuales negocian las particularidades de estas últimas y la forma de mezclarlas en un ejército para construir una Siria democrática que proteja a todos sus ciudadanos”, explica.
En diciembre, Estados Unidos negoció una tregua entre las FDS y el Ejército Nacional Sirio (ENS), que recibe el apoyo de Turquía, que desde entonces se ha incorporado a las nuevas fuerzas armadas de Siria. “Puede que la decisión del PKK cause una sensación de seguridad en el país. Si Turquía aprovecha este paso y dialoga con los kurdos, habrá cambios importantes en la política turca. En lugar de la política de limpieza étnica y de enemistad, habría una política de cooperación, que, por su parte, abriría el camino del diálogo de los nuevos kurdos de Siria con Damasco”, dice Ciya Kurd.
El 10 de marzo, Mazloum Abdi y el presidente sirio, Ahmed al Sharaa, firmaron un acuerdo en el que Abdi demandó una tregua y garantizar los derechos de civiles kurdos y su representación en una nueva Constitución del país. “A pesar del acuerdo de las FDS y Damasco, durante noventa y siete días hubo enfrentamientos y una batalla en la zona de la presa de Tishrin entre las FDS y mercenarios apoyados por Turquía. Esto quiere decir que Damasco no controla estos mercenarios, dado que reciben órdenes turcas”, dice Piri.
Desde la fundación del PKK en 1978 hasta su disolución este año, la actitud de Ankara y su relación con los países vecinos (Irak, Irán y Siria) ha estado influenciada por el conflicto con el PKK y la presencia del partido o sus afiliados en estos tres países. “Turquía finalmente se da cuenta de los cambios y acontecimientos en el Levante, porque es tiempo de construir una región sin conflictos. Con la decisión del PKK, Turquía podría empezar a mejorar sus relaciones con los kurdos en Siria para parecerse a las que mantiene con los kurdos iraquíes, y dejar de atacar las zonas de mayoría kurda en ambos países”, dice Piri.
La iniciativa de Öcalan, el futuro de la cuestión kurda en Turquía y las relaciones con los kurdos de la región se aclararán muy pronto. Además, podría afectar a las relaciones de Ánkara con Estados Unidos y Europa (especialmente Francia). Los ataques de Turquía contra el norte y el este de Siria (Rojava) estropearon las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, porque las FDS reciben apoyo directo de la administración estadounidense, tanto de la actual como de la anterior.
FUENTE: Amina Hussein / VilaWb / Traducción y edición: Kurdistán América Latina.
Publicado el 19 de junio de 2025 / Por Kurdistán América Latina