Iosu Perales, (Galde 09, invierno 2015). El 1 de marzo El Salvador celebró elecciones para elegir a un número de 84 diputadas y diputados a la Asamblea Nacional, 20 escaños al Parlacen y la composición de 262 alcaldías. Se presentaron un total de 10 partidos políticos, siendo ARENA de la derecha y el FMLN de la izquierda, las dos fuerzas políticas más significativas.
En esta ocasión y por primera vez en el país la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, ordenó en el pasado mes de noviembre que las elecciones tuvieran lugar por la modalidad de listas abiertas –conocida como voto cruzado en El Salvador-, ante el recelo de la mayoría de fuerzas políticas y las severas críticas de organizaciones sociales. Para implementar el nuevo mecanismo que permite a las y los electores escoger candidaturas de más de un partido político, se desarrolló de manera apresurada una campaña explicativa a la ciudadanía y tuvieron lugar dos simulacros organizados por el Tribunal Supremo Electoral. No obstante, la nueva fórmula ha resultado fallida hasta tal punto que trece días después no hay resultados ni oficiales ni fiables para la Asamblea Nacional y el Parlacen. La primera complicación se detectó en las Juntas Receptoras de Votos, en muchos casos incapaces de hacer un recuento ordenado y con garantías, y en segundo lugar con la caída del sistema informático gestionado por una empresa privada a las pocas horas de cerradas las urnas. En la media noche del día 1 de marzo, el caos era completo en un ambiente tenso en el que los partidos mayoritarios, echando mano de sus propios datos se autoproclamaban vencedores, y los partidos menores se adjudicaban escaños y/o alcaldías.
Parece obvio que deberán dilucidarse responsabilidades por un fracaso que amenaza con sembrar dudas en la ciudadanía respecto de la seriedad de las instituciones políticas entre las que se encuentran los propios partidos políticos
SIN RESULTADOS OFICIALES. Por prudencia y lealtad con la objetividad no es procedente adelantar en este artículo resultados a la Asamblea Nacional y al Parlacen, ya que a la espera de que se determinen los oficiales, cada partido maneja públicamente números propios, en medio de una guerra de disputa de cada voto en la sede del Centro Internacional de Ferias y Convenciones, que es donde se están realizando los escrutinios finales. Sin embargo, sí se pueden reflejar victorias y derrotas en los 262 municipios, ya que en su mayoría los partidos concurrentes han reconocido a la fuerza ganadora, detalle que garantiza un desenlace consensuado. Para no enredarnos en números unos pocos datos: en las dos ciudades más grandes del país, San Salvador y San Miguel, el FMLN ha ganado las alcaldías, así como en otras populosas tales como Soyapango y Mejicanos, hasta un total de 86 alcaldías que suman más de la mitad de la población del país. Por su parte ARENA ha ganado Santa Ana y Santa Tecla, ambas comunas gestionadas por el FMLN durante muchos años. Este partido de la derecha ha ganado en 131 alcaldías con un número total de población de un 30% aproximado. La tercera fuerza política, GANA habría ganado 19 alcaldías, entre ellas Usulután y San Francisco Gotera y el Partido de Conciliación Nacional otras 19.
Es interesante destacar el siguiente dato: en la primera vuelta de las elecciones presidenciales realizadas en febrero del año pasado el FMLN ganó en 13 de los 14 departamentos del país. En estas elecciones sólo ha ganado en 2. Puede ser que le haya perjudicado la fuerte abstención del 55%, pero es sin duda un asunto a estudiar por el propio partido.
ALGUNAS CONCLUSIONES. A falta de resultados para los dos parlamentos, sí podemos vislumbrar el estado de la correlación de fuerzas y sacar algunas conclusiones con base sólida. Una primera es que diez meses después de que Salvador Sánchez Cerén, del FMLN, fuera proclamado presidente de la república, este partido no ha podido o sabido sacar provecho electoral, algo que no se puede atribuir al desgaste de gobierno dado su breve recorrido. En mi opinión, la excesiva concentración del partido gobernante en las grandes ciudades de la zona centro del país, ha dejado a un lado la dedicación a amplias zonas periféricas y rurales en las que se amontonan una gran cantidad de municipios medios y pequeños en los que las fuerzas de derecha se mueven como peces en las aguas del clientelismo. Más allá de lo electoral, la tendencia del FMLN en los últimos años, desde que ganara las alecciones presidenciales de 2009, con Mauricio Funes de candidato, es la de concentrar la acción política de sus cuadros alrededor de las instituciones centrales, movimiento que penaliza la acción del partido en territorios del país.
En segundo lugar estas elecciones destacan un equilibrio en la correlación de fuerzas que permanece en el tiempo y que complica las posibilidades del gobierno del FMLN de avanzar con mayor velocidad hacia pequeñas y medianas transformaciones del país. La hipótesis de abrir un proceso constituyente se aleja y coloca a El Salvador en un plano muy distinto al que ocupan Ecuador y Bolivia. De hecho, el Buen Vivir, paradigma que el gobierno incluyó en su Plan Quinquenal como fuente de inspiración de sus políticas, hoy día está limitado a ser un lema que se utiliza en actividades culturales y lúdicas en los espacios de las comunidades. Como corolario a lo anterior se confirma la fortaleza de la derecha organizada en el partido ARENA que ha sido capaz de reponerse a las derrotas sufridas en las elecciones presidenciales de 2009 y 2014. A diferencia de otros partidos de similar signo en la región, ARENA viene demostrando ser una fuerza con capacidad de movilización y de mantener un suelo electoral alto y bastante estable. De ello se deduce que el FMLN, partido gobernante deberá cuidar más si cabe su capacidad de entendimiento con otros partidos para lograr mayorías en el parlamento. Al mismo tiempo, el gobierno deberá poner gran atención en políticas orientadas a las comunidades y municipios más deprimidos para mejorar la vida de la gente y disputarle la hegemonía a la derecha en zonas periféricas. Con todo, siendo de prever resultados ajustados a la Asamblea Nacional, cabe pronosticar que las dos fuerzas principales abrirán de nuevo una batalla de alianzas con el fin de conseguir 43 votos que den la mayoría en un parlamento de 84 escaños. Sin obviar que para determinados asuntos FMLN y ARENA deberán negociar.
Una cuarta conclusión es que la confrontación entre dos proyectos se ha librado con la emergencia de figuras jóvenes que de algún modo toman protagonismo cara a las presidenciales de 2019. Nayib Bukele, de origen palestino, empresario de 30 años, es el nuevo alcalde de San Salvador por el partido FMLN. Roberto D’Abuisson, de origen francés e hijo del fallecido del mismo nombre, creador de los escuadrones de la muerte y organizador del asesinato de monseñor Romero, es el nuevo alcalde de Santa Tecla, por el partido ARENA. Si la capital representa la mayor concentración de votos de izquierda, Santa Tecla es la ciudad por excelencia de la oligarquía cafetalera. Son dos símbolos destinados a ser una referencia en los próximos años. Es cierto que es pronto para hablar de un relevo generacional, pero al menos en el ámbito municipal hay signos en esta dirección. La caída de algunos patriarcas como el hasta ahora alcalde de San Miguel, Willy Salgado, tras 15 años de mandato y el de Santa Ana, Alfredo Peñate, tras 18 años de alcalde, marcan esa tendencia. Otra cosa es en el marco del parlamento donde todavía el peso de las cúpulas y cuadros de más edad sigue siendo predominante.
De estas elecciones se deduce que los próximos años será un duro campo de batalla. ARENA buscará recuperar la presidencia en un país donde el presidencialismo tiene mucho peso. Cuenta con el apoyo incondicional de un empresariado fuerte y de unos medios de comunicación casi monopólicos. El FMLN deberá buscar cómo ensanchar el apoyo social al tiempo de acentuar su dimensión cooperativa con fuerzas políticas incluso del centro-derecha como es GANA.
A 13 de marzo de 2015.
1. El número de escaños que pueden alcanzar el FMLN y ARENA se encuentra en la horquilla entre 31 y 35, con una ligera ventaja para la derecha. Al finalizar el día 13 de marzo todavía no se había iniciado el conteo oficial para la Asamblea Nacional.
2. Para el caso del Parlacen, ARENA y FLM pueden lograr 8 escaños cada partido.
3. GANA es un partido creado en 2009 fruto de una escisión en ARENA, que por este motivo bajó de 33 escaños a 28 en la Asamblea Nacional.
4. Salvador Sánchez Cerén, ex guerrillero, fue investido presidente el día 1 de junio de 2015. Ganó la primera vuelta con el 48,93% de los votos frente a los 38,95% del candidato de ARENA Norman Quijano. En segunda vuelta volvió a ganar con el 50,11% frente al 49,89 de su oponente.
5. Al momento de escribir este texto me resulta imposible precisar cuántas mujeres y hombres acceden a alcaldías y escaños en los dos parlamentos.