Galde 27, negua/2020/invierno. Clara Murguialday.-
Realizadas en Durango los días 1, 2 y 3 de noviembre, las V Jornadas Feministas de Euskal Herria reunieron a cerca de tres mil mujeres, mayoritariamente jóvenes, alrededor de 5 mesas centrales de debate, 58 talleres y 14 actuaciones artísticas y culturales. Reflexionar juntas, conocerse y “ponerse cara”, articularse y tejer redes entre los grupos, lanzar debates…, fueron los principales objetivos planteados para estas jornadas, parecidos, por otra parte, a los de todas las realizadas desde aquel histórico diciembre de 1977, cuando otras tantas miles de mujeres celebraron las primeras Jornadas Feministas de Euskadi en el Campus de Leioa.
Estas quintas fueron diseñadas por los grupos que integran actualmente el movimiento feminista vasco, buscando que las mesas centrales reflejaran las preocupaciones que actualmente son hegemónicas en el movimiento y huyendo de las exposiciones magistrales de feministas expertas en uno u otro tema. En las mesas centrales participaron 26 grupos feministas, dos de ellos en más de una mesa; los temas abordados dan buena idea de las preocupaciones actuales del movimiento:
- La diversidad del sujeto feminista, así como las dificultades para construir una agenda que incorpore las múltiples opresiones sufridas por las mujeres, es un debate en permanente construcción en el feminismo vasco, y en la mesa “Agenda compartida para poner las vidas en el centro y soberanías” fue abordado con la contribución de las mujeres pensionistas de Oneka, las baserritarras de Etxaldeko Emakumeak, las trabajadoras de hogar y cuidadoras organizadas en Trabajadoras no domesticadas, Itaia (Red de Mujeres socialistas) y Bilgune Feminista.
- La urgencia de descolonizar los discursos y prácticas del Movimiento Feminista vasco, de cuestionar los privilegios que otorga la blanquitud y de “asumir la lucha antirracista sin instrumentalizar ni victimizar ni liderar” a las mujeres racializadas, fue planteada en la mesa titulada “Decolonialidad” por Mujeres del Mundo, Garaipen, AMAR, Raízes, la Red de Mujeres Racializadas y las mujeres marroquíes de Ahizpatasuna.
- Los debates iniciados hace una década, en las IV Jornadas Feministas, sobre el binarismo sexual y la heteronorma, sobre cómo nombrarnos de modo que ninguna se sienta excluida o invisibilizada o sobre la urgencia de combatir la transfobia y la transmisoginia en los espacios feministas, se hicieron presentes con los cuerpos disidentes y las voces de Medeak, Las Balas, OZEN, Sare Lesbianista y Elkartean, participantes en la mesa “Cuerpos y sexualidades”.
- También ocupó un espacio central la discusión sobre las estrategias utilizadas para enfrentar las violencias machistas, la revisión de tres décadas de comités de autodefensa y el papel que asignamos a la justicia y la autodefensa feministas, gracias a las intervenciones de Medeak, Farrukas, Emakume Internacionalistak, Seminario de Justicia Feminista y Bilgune Feminista en la mesa “Construyendo vidas libres de violencia”.
- Y finalmente, la mesa titulada “Observando las entrañas del movimiento feminista” permitió conocer los planteamientos actuales de algunas de las corrientes de pensamiento que alimentan el feminismo vasco, desde las históricas Lanbroa y Asamblea de Mujeres de Bizkaia hasta otras más recientes como Feministalde, la Marcha Mundial de Mujeres y Bilgune Feminista; también las conclusiones de las jornadas Egin Dezagun Topa! realizadas por las jóvenes en Lizarra, y los reclamos de las feministas gitanas hacia la insolidaridad del feminismo payo.
En los casi sesenta talleres y debates, colocados en tandas de alrededor de 15 talleres simultáneos, se abordó una amplia gama de temas que, sin ser comunes al quehacer de los grupos, sí forman parte del activismo y las preocupaciones cotidianas de quienes los presentaron. Destaca la fuerte presencia de los temas relacionados con los cuerpos y las sexualidades (un tercio del total), la construcción de agendas interseccionales y la lucha contra las violencias machistas.
Llama la atención el contraste entre la marcada presencia en la inauguración y la clausura de mujeres originarias de otras culturas (indígenas como Lolita Chávez y Lorena Cabnal, kurdas como Nasrin Abdulah, mujeres migradas provenientes de diversos países de América Latina y Africa) y la escasez de talleres en los que conocer la situación de los países de donde provienen estas mujeres y las circunstancias que las obligaron a tener que emigrar o exiliarse. La presencia de mujeres racializadas únicamente en la mesa de Decolonialidad y el que apenas 4 de los 58 talleres y debates abordaran problemáticas externas a las fronteras de Euskal Herria, dan idea de lo poco que abundan las preocupaciones internacionalistas en el movimiento feminista vasco.