Galde 19 (verano/2017). Begoña Muruaga.
Amores imperfectos es el título de un libro de cuentos de la escritora japonesa Hiromi Kawakami. Profesora de Biología hasta 1994, ese año apareció su primera novela. A partir de ahí, ha publicado siete libros, entre novelas y relatos. Kawakami ha recibido numerosos premios en su país (Akutagawa, Ito sei, Snake…) y es una de las escritoras más leídas de Japón.
El título del libro hace honor al contenido, ya que las historias que aquí se cuentan muestran las dificultades del amor. En él se describen amistades que rozan el amor, amores fugaces que duran lo que una tormenta, amores que van languideciendo sin razones claras y extraños amores, como ese en el que la protagonista se casa con un hombre que es el vivo retrato de su hermano.
Protagonizadas en su mayoría por mujeres, estas historias destilan ternura, humor y pesimismo. “Me dejó un martes por la noche. A pesar de que el martes es mi día favorito de la semana”, dice una de las protagonistas. Así, sin aspavientos, porque aquí no hay grandes pasiones, ni grandes odios, sino que el amor viene y va como una sueva brisa. Las personas se encuentran, congenian y se enamoran, pero sus amores son efímeros, como si las prisas de la vida cotidiana impidieran una relación estable. “Hamada y yo rompimos el año pasado, después de dos años juntos. En ningún momento decidimos romper. Cada vez quedábamos con menos frecuencia hasta que, al final, dejamos de vernos”, cuenta otra de las protagonistas. Y ese halo de tristeza y desesperanza recorre la mayoría de los cuentos.
Por otra parte, y como no podía ser de otra forma en los tiempos que corren, en medio de esos amores, aparecen numerosas referencias a la gastronomía japonesa: gratén de langosta, kamameshi de anguila, arroz relleno de salmón, virutas de atún, pez limón, rollitos de sushi, bombones de chocolate amargo… Platos que a veces crean fricciones dentro de la pareja; en otras ocasiones, sin embargo, sirven de nexo de unión.
En estos 23 cuentos, la autora nos cuenta historias de amor que bien pudieran suceder en cualquier país, en cualquier cultura, pero que resultan diferentes y especiales tanto por el tono como por la forma en la que han sido escritas. Aunque la mayoría de las historias hablan de amores heterosexuales, la homosexualidad también se cuela en un par de cuentos; eso sí, de forma muy sutil. Sea como fuere, unos y otros son amores imperfectos, como la vida misma.