Una obra importante
(Galde 06, primavera/2014). Antonio Dupla.
José Ignacio Lacasta, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Zaragoza, publica un nuevo libro en la prestigiosa editorial Tirant lo Blanc de Valencia (Memoria colectiva, pluralismo y participación democrática). En este caso, un ensayo que tiene el pluralismo como hilo conductor, analizado aquí en sus dimensiones históricas, filosóficas, jurídicas o políticas. Como el mismo autor señala en una breve «justificación» previa, éste tiene su origen en un curso de Maestría sobre el pluralismo dictado en la Universidad colombiana de Antioquía, en Medellín, y también en una vieja deuda intelectual con Pierre Joseph Proudhon. Y realmente es Proudhon, quizá juntamente con el gran ilustrado Immanuel Kant, el nombre más repetido, es cierto que junto a otro numeroso grupo de referencias intelectuales de distinto signo, de Montaigne a Pi i Maragall o Kelsen.
El pluralismo como tema central se articula en tres grandes bloques, que analizan tres problemas fundamentales de la práctica política y jurídica actual. Son, primero, la memoria histórica, en segundo lugar la raíz relativista del pluralismo, a partir de una concepción de la filosofía jurídica íntimamente ligada a la práctica social, y, tercero, la participación democrática.
La obra puede satisfacer al especialista que busca un recorrido académico por la historia del pluralismo, denso y bien apoyado en citas de los autores estudiados y abundante bibliografía en las notas al pie. Pero también puede hacerlo, para mí un mérito indudable, al activista con más inquietudes que pueda sentir interés por la historia intelectual de fenómenos políticos y sociales actuales, como puedan ser la reivindicación de la memoria de las víctimas del franquismo o la eclosión de nuevas formas de participación política, articulada en torno a fenómenos como los «indignados» o el 15M, ambas cuestiones relacionadas, por cierto, y así lo señala J. I. Lacasta, con limitaciones serias del pluralismo español. En el caso de la memoria histórica (término equívoco en sí mismo, a partir de las diferencias entre historia y memoria, como reconoce el autor) en España, porque, a diferencia de otros países, como Alemania, el mínimo democrático del pluralismo español adolece de un importante déficit. Se trata del reconocimiento todavía pendiente por parte de la derecha española de la injusticia original y de la crueldad absoluta del franquismo. En el caso del 15M y las nuevas formas de movilización política y social, es patente la incomprensión y el rechazo que provocan en buena parte de la clase política y en el Gobierno, evidente en críticas, descalificaciones y respuestas represivas. Ese Establishment no es capaz de verlo como síntoma innegable del anquilosamien-to del sistema político español y de la desafección creciente hacia dicha clase política (evidente en las últimas elecciones europeas).
Me ha parecido particularmente interesante la reivindicación de la figura de Proudhon. Sabíamos del interés del autor por figuras heterodoxas o críticas con la línea central de la genealogía marxista o progresista más ortodoxa (recordemos sus estudios sobre Sorel o Gra-msci) y en esta obra se detiene en un político e intelectual de mediados del siglo XIX, denostado por Marx y Engels, que constituye un referente de enorme interés para una historia de las ideas democráticas y progresistas. Crítico de la concepción de la revolución como estallido brusco de clase contra clase y del colectivismo comunistas, adalid del voto en blanco como expresión de crítica democrática libre y tolerante (es preciosa su carta a Marx de 1846, alertando de los peligros del dogmatismo -p.82-), Proudhon resulta una figura sugestiva, más allá de la distorsionada etiqueta de anarquista decimonónico. Por cierto que, a propósito de la tolerancia, J.I. Lacasta también escribe lúcidamente señalando las insuficiencias del concepto y su preferencias (y de otros autores como J. de Lucas, p. 139) por el pluralismo, la igualdad y las libertades.
Si cabe una crítica menor, un capítulo final de conclusiones quizá hubiera ayudado a una recapitulación y sistematización de las ideas del libro. En resumen, una obra importante.
Antonio Duplá