Universos paralelos
Karlos Ordónez Ferrer
Ed. Multiverso. Septiembre de 2022
Galde 39, negua 2023 invierno. Karlos Garaialde.-
Karlos Ordónez Ferrer, el autor, trabajó durante más de una década como reportero gráfico y realizador de televisión. Siempre ligado de manera profesional y militante a organizaciones que trabajan en el ámbito de los derechos humanos. Actualmente en SOS Racismo.
El libro está compuesto por breves relatos, escritos en su mayoría, en las semanas de confinamiento domiciliario que vivimos durante la pandemia de Covid 19. El autor reconoce que en su escritura halló una suerte de alivio en aquellas semanas llenas de estupor y zozobra. Escribir le permitía abrir un reconfortante paréntesis de ficción mientras la vida seguía como podía con la amenazante vibración de la pandemia como banda sonora.
De la mano de la editorial Multiverso surgió la posibilidad de reunirlos en un libro de ciento y pocas páginas que recoge los 22 relatos.
El reconocido y prestigioso escritor uruguayo Rafael Courtoisie prologa el libro con un texto breve también. Courtoisie, es además de amigo personal, una especie de mentor literario de Karlos.
En su mayoría son relatos muy cortos: los 10 primeros rondan las 300 palabras, dos o tres minutos de lectura por relato. Saborearlos, reflexionar sobre lo que cuentan y proponen lleva otro ritmo y otros tiempos. La otra docena de relatos que completan el libro son un poco más extensos, pero siempre dando la impresión de que se ha trabajando tanto quitando como poniendo.
Las personajes que encontraremos en estos relatos viven en entornos urbanos. Pero a la hora de tratar de localizarlos de manera más precisa nos encontramos con que son de aquí o allá y tendremos que leer fijándonos en detalles para ir topándonos con una gran variedad de localizaciones que nos ubicará «aquí» o en Ecuador, Lisboa u Oslo.
Se trata de una veintena de hombres y mujeres de profesiones y ocupaciones diversas. Nos encontraremos a sanitarias haciendo visitas domiciliarias embutidas en sus «escafandras» y también a quién no puede confinarse en su casa porque no la tiene. Viandantes con su carro de la compra, gente que pasea a su perro, trabajadores de limpieza, microbiólogas, el chino en su bazar, conforman el paisaje humano de aquellos días. Aunque también nos topemos con cosas menos habituales como superhéroes o con un viejito que toca el violín después de muerto.
Vidas llenas de contradicciones y perdidas, con el telón de fondo de la soledad como temor o como compañera de vida. Pero siempre se atisba una lucecita, una oportunidad, una pequeña salida de la mano del contacto con las personas próximas.
Los pequeños gestos de amabilidad y ternura son el bálsamo de los encuentros cotidianos. Hay una clara reivindicación de la empatía manifestada a través de estos pequeños gestos.
Para terminar, es de resaltar el hecho de que los relatos se hallen hilados, es decir, aunque se trata de relatos independientes los personajes aparecen en más de un relato. Al poco de comenzar la lectura, el lector notará que algún personaje ha sido mencionado con anterioridad… y probablemente vuelva unas hojas atrás hasta resolver el enigma. Este entrelazado, aunque tenue, genera una suerte de estructura que amplía el espectro de los personajes. Todo el que aparece una vez volverá a hacerlo en otro relato en circunstancias muy distintas.
Resulta una tarea muy sugerente para el lector el imaginar diferentes maneras de rellenar los huecos que la estructura nos ofrece.
Quisiera finalizar citando este párrafo que Courtoisie incluye en el prólogo y que creo retrata el espíritu del libro: «Si para Jean Paul Sastre el infierno son los otros, en los seres que echa a andar, gozar y sufrir en sus ficciones Karlos Ordónez, la salvación o la ilusión de salvación también puede encontrarse, al menos por un instante, en el prójimo próximo.»
Que disfruten del viaje por estos «Universos paralelos».