Galde 34, udazkena/2021/otoño. Begoña Muruaga.-
Desde que en 1980 leí Las feministas. Los movimientos de emancipación de la mujer en Europa, América y Australasia, 1840-1920, de Richard Evans, no había leído un ensayo tan documentado ni tan exhaustivo sobre el movimiento feminista como Hombres justos. Del patriarcado a las nuevas masculinidades. Su autor, Ivan Jablonka, profesor de Historia de la Universidad París XIII, ha hecho una labor ingente de investigación del patriarcado y sus consecuencias, así como de las diferentes luchas que ha habido desde el siglo XVIII y de los cambios que se están produciendo actualmente en la sociedad.
El ensayo está dividido en cuatro partes. En la primera, “El reino del hombre”, el autor habla extensamente de la globalización del patriarcado y de las características de las masculinidades de dominación. Asimismo, explica lo que han hecho los hombres a lo largo de la historia en todas las partes del mundo, con datos de distintos países y diversas culturas.
La segunda parte, “La revolución de los derechos”, se centra en la historia de las mujeres en defensa de la igualdad, y menciona las luchas, tanto individuales como colectivas, que ha habido desde el siglo XVIII hasta nuestros días, así como el apoyo de algunos varones. La cantidad de información que ofrece me ha llevado a conocer la figura de numerosas mujeres y hombres.
En la tercera parte, “Los fallos de lo masculino”, analiza determinados papeles masculinos en el cine, el odio hacia el homosexual, el mito del hombre nuevo y la educación que reciben los varones, y afirma que las masculinidades de dominación dan ganancias, pero también se pagan. Lo demuestra aportando datos sobre el número de suicidios que se producen entre los varones, sobre las numerosas enfermedades que sufren y sobre las muertes violentas de que son objeto. Afirma que, con el avance del feminismo y la aparición de nuevos modelos de mujeres, hay un declive de la virilidad. Es por ello, según el autor, que muchos hombres se han parapetado tras el fútbol, la música o la literatura (por poner unos ejemplos) apelando al eterno macho.
Y entramos en la cuarta parte: “La justicia de género”. Frente a esos hombres, el autor propone distintas masculinidades que no sean de dominación, que deben contemplar, entre otras cosas, unas relaciones sexuales libres y consensuadas, y, por supuesto, la erradicación de la violencia machista. Jablonka define términos como “justicia de género” y “hombre justo”. El primero supondría para los hombres “cuestionarse a sí mismos en tanto individuos y en tanto grupo; promover, pero sobre todo vivir la igualdad dentro de la pareja, la familia, el trabajo, la calle, el transporte público, las asambleas, etc., y entablar nuevas alianzas con miras a movilizaciones futuras”. Hombres justos, por su parte, son aquellos cuya masculinidad se adecua a los derechos de las mujeres. Por ello, anima a los hombres a que practiquen la desobediencia de género, es decir, a solidarizarse con las mujeres al tiempo que se desolidarizan del patriarcado.
El autor defiende la existencia de hombres feministas, pero opina que el liderazgo del feminismo debe corresponder a las mujeres. Y cuando habla de hombres feministas no se refiere a quienes se consideran a sí mismos feministas, sino a quienes con su práctica diaria lo demuestran. En ese sentido, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, es para él un ejemplo de coherencia.
Por lo que se refiere a los roles, incide en dos temas fundamentales: los cuidados y el reparto del poder. Es evidente que mientras las mujeres sean las máximas responsables de todo lo relacionado con el cuidado, poco cambiarán las relaciones de poder entre mujeres y hombres. Responsabilizarse del cuidado de los padres, de la descendencia, de las personas mayores, enfermas o con discapacidad, hace que las mujeres tengan que pensar en todo ello a la hora de acceder a un determinado puesto de trabajo, un cargo relevante o decidir ser madres. Algo que no les pasa a los hombres. Por ello, para conseguir la igualdad real es imprescindible que los hombres se cuestionen su manera de estar en el mundo y de relacionarse con las mujeres, renunciando, si es preciso, a la promoción profesional o a determinados puestos de poder.
Vivimos tiempos convulsos, en los que, paralelamente al auge del feminismo, se observa un repunte del machismo, con corrientes y movimientos que niegan la existencia de la discriminación de las mujeres. Frente al rearme del patriarcado, el autor apuesta clara y rotundamente por un feminismo inclusivo, un feminismo para todos. No es raro, por tanto, que diga que prefiere un hombre feminista a una mujer cómplice del patriarcado.
Hombres justos es una auténtica joya en los tiempos que corren: por la cantidad de información que aporta, por el análisis exhaustivo de determinados conceptos, por el repaso histórico a la lucha por la igualdad y por hacer propuestas concretas sobre las características que deben tener las nuevas masculinidades.
Hombres Justos
Del patriarcado a las nuevas masculinidades
Ivan Jablonka
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