Alianzas rebeldes
Un feminismo más allá de la identidad
Clara Serra, Cristina Garaizabal, y Laura Macaya (coords.)
(Barcelona, Bellaterra, 2021)

Galde 34, udazkena/2021/otoño.Antonio Duplá.-
«Este libro es un ejercicio de libertad. Es una alianza rebelde entre distintas voces comprometidas con el valor de la pluralidad y el disenso en el interior del feminismo. Frente a las falsas unidades impuestas, que siempre son excluyentes, y también contra el cinismo y la indiferencia, este proyecto asume que no hay uno sino muchos feminismos y que tenemos no solo la posibilidad de disentir con algunos de ellos sino el deber de explicar nuestras discrepancias».

Estas palabras, recogidas textualmente de la contraportada del libro, expresan a la perfección el sentido del mismo, al mismo tiempo que suponen un diagnóstico lúcido sobre la situación del movimiento feminista en lo que hace a las ideas y los debates en curso.

Los títulos de las cinco partes en las que está dividido el libro son igualmente claras y expresivas.

La primera, titulada “Debate, pluralidad y disenso. Contra la censura y la imposición de la unidad”, recoge aportaciones de Paloma Uría, Clara Serra y Santiago Alba Rico y representa una apuesta explícita por la cultura política de la diversidad. En la segunda parte, “Transformación social y justicia versus castigo. Contra el punitivismo”, escriben Paz Francés, Violeta Assiego, Laura Pérez Castaño y Miren Ortubay. Como cabía esperar por el título del apartado, las autoras cuestionan el continuo recurso al endurecimiento del Código Penal como fórmula para resolver problemas que necesitan una mirada y unas actuaciones menos cortoplacistas y más dirigidas a plantear reformas institucionales estructurales, así como la profundización de las ideas de igualdad y libertad, todo ello en clave feminista. “Un feminismo de la libertad. Contra normatividades sexuales, purezas y moralismos” es el título de la tercera parte, donde Laura Macaya, Cristina Garaizabal y Noemi Parra reivindican la libertad frente a nuevos (en realidad, viejos) discursos moralizantes que tradicionalmente han supuesto restricciones de distinto tipo al campo de la sexualidad y que pretenden imponer, incluso desde determinados sectores feministas, nuevas normatividades sexuales. Resulta de particular interés la reflexión sobre la sexualidad y la juventud, como reflejo particular de la voluntad intergeneracional que se desprende de todo el libro. En la cuarta parte, “Construir alianzas. Un feminismo más allá de la identidad”, Miquel Missé, Sejo Carrascosa y Josetxu Riviere defienden sus ideas acerca de un feminismo que cuente con los hombres y los incluya, así como de un movimiento trans no identitario, y de sus páginas se deduce el interés de construir nuevos espacios feministas que incluyan tanto a los hombres como a los sectores trans para construir un movimiento amplio e integrador que vaya más allá de las fronteras identitarias del feminismo histórico. Finalmente, una quinta parte, “Redistribución y derechos para todas. Contra el capitalismo, las fronteras y la desigualdad estructural”, aborda la situación de muchas mujeres en condiciones de precariedad, informalidad y alegalidad, que con demasiada frecuencia parecen invisibles para las instituciones y para ciertos grupos sociales. Mamen Briz habla de y con las prostitutas y las trabajadora del hogar y los cuidados, y dentro de esa mirada de cuestionamiento radical del sistema dominante, Nuria Alabao y Siobhan Guerrero reflexionan sobre la necesidad de un feminismo anticapitalista y decolonizado.

Un breve pero intenso Prólogo de Empar Pineda abre el libro, recordando las primeras citas colectivas del movimiento feminista allá por los años setenta del siglo pasado, y reconociéndose en las páginas que siguen, señala las diferencias entre aquellos tiempos y estos actuales, apunta los vaivenes de esa historia y destaca especialmente el protagonismo creciente de los sectores jóvenes. Este texto es otra muestra de la perspectiva intergeneracional que alimenta y enriquece el libro.

Pensando en las lectoras y lectores de Galde, una lectura no ya interesante, sino imprescindible.