(Galde 14, primavera 2016). Maya Amrane.
El pasado 26 de mayo, la Red Europea contra el Racismo (European Network Against Racism ENAR) presentó un informe sobre el impacto de la islamofobia en las mujeres de confesión musulmana en Europa.
El informe titulado “Forgotten women: the impact of islamophobia on muslim women” basado en una investigación realizada en ocho países europeos, entre los cuales no figura España, 1 señala en su principal conclusión que las mujeres musulmanas experimentan las mismas desigualdades en materia de empleo y padecen las mismas violencias físicas y verbales que otras mujeres, pero que en su caso estos fenómenos son agravados por factores ligados a su religión, pertenencia étnica, nacionalidad y/o clase social, sean estas últimas percibidas o reales.
La investigación se desarrolló entre diciembre de 2014 y diciembre de 2015 y se basó en un estudio documental, el trabajo con grupos focales y la realización de entrevistas.
OBSTÁCULOS EN EL ÁMBITO LABORAL. El informe indica que las mujeres musulmanas, sea en el acceso al empleo o en el mantenimiento de un puesto de trabajo, encuentran dificultades basadas en el género, la pertenencia étnica y la religión, siendo la discriminación a la que se enfrentan a menudo vinculada a «una percepción de islamidad» y de manera especial a su vestimenta.
Algunos estudios basados en el CV Testing evidenciaron esta discriminación interseccional. Asimismo en Alemania, mientras el 18% de las empresas que recibieron currículos aceptaron entrevistar a mujeres con apellidos de consonancia germana, sólo un 13 % lo hicieron con candidatas de origen turco y la proporción es aún más baja, 3%, en el caso de las empresas que contestaron a candidatas cuyo CV contenía una fotografía en la que llevaban pañuelo.
En Bélgica, el 44% de los empleadores piensan que el pañuelo puede influir de manera negativa en la selección
de las candidatas.
Otro ejemplo: en el Reino Unido durante entrevistas de trabajo, algunas mujeres fueron sometidas a preguntas sobre el casamiento y las aspiraciones familiares. Fue el caso del 12,5% de las mujeres paquistaníes mientras sólo el 3,3% de las mujeres no musulmanas enfrentaron una misma situación. Casi cuatro veces más.
En algunos países como Bélgica, se señalan a menudo casos en los que mujeres percibidas como musulmanas que se presentan a entrevistas de trabajo deben responder a un cuestionario de evaluación de su supuesto «nivel de islamidad». Cuestionarios cuyas preguntas se basan en representaciones estereotipadas de las mujeres musulmanas.
En algunos países, los datos demuestran que las mujeres musulmanas negras están especialmente afectadas por la discriminación múltiple.
ATAQUES FÍSICOS Y VERBALES. En la mayoría de los países donde se realizó la investigación, las mujeres musulmanas son las principales victimas de crímenes de odio y agresiones verbales. Están más expuestas que sus correligionarios varones, especialmente si lle van un pañuelo. Son objeto de amenazas, discurso de odio, violencia y odio en la Red.
La violencia verbal y física a menudo van juntas y consisten en insultos y gestos racistas y sexistas, escupidos a la cara, intentos de quitar la ropa. Los protagonizan hombres en la mayoría de los casos, desconocidos de la victima, y suceden en el espacio público.
En Francia por ejemplo, en el 81.5% de los casos de violencia islamofoba registrados por el Colectivo contra la Islamofobia en 2015, las victimas eran mujeres, principalmente mujeres con pañuelo. En la mayoría de los casos, la mujer no conocía al agresor, casi siempre un hombre, generando un «sentimiento de vulnerabilidad» que «se traduce por la normalización de la violencia y del sentimiento de inseguridad, lo que obliga a las mujeres a hacer continuamente valoraciones de riesgo para evitar agresiones en los espacios públicos».
En los Países Bajos, más del 90% de victimas de incidentes islamofobos registrados en 2015 por la organización Meld Islamofobie eran mujeres.
En Bélgica, según el Colectivo Contra la Islamofobia, el 63.6% de los crímenes de odio y agresiones islamofobas ocurridos entre enero de 2012 y septiembre de 2015 fueron dirigidos a mujeres. Lo mismo ocurre en el Reino Unido donde el 54% de víctimas de amenazas e insultos islamofobos eran mujeres.
Se puede apreciar a través de los ejemplos señalados una misma tendencia: las mujeres representan la mayoría de las victimas de la violencia islamofoba.
Los ataques en la Red por su parte incrementan en las redes sociales de manera significativa, especialmente en Facebook y Twitter, con abusos verbales y palabras de odio. Usuarios individuales de estas dos plataformas protagonizan ataques directos a usuarios musulmanes, señalando de manera particular a las mujeres.
LAS MUJERES MUSULMANAS FRENTE A LOS ESTEREOTIPOS
El informe muestra que los prejuicios y las representaciones estereotipadas de las mujeres musulmanas son difundidos por los medios de comunicación pero también en los discursos públicos y políticos. Esto crea un terreno propicio para las prácticas discriminatorias y violentas.
Se recalca que algunos medios a menudo representan a las mujeres musulmanas bien como victimas, bien como personas violentas. En algunos países como Francia e Italia «aparecen en los medios principalmente como víctimas, implicadas en incidentes o procesos judiciales» siendo las historias positivas a menudo ignoradas.
En todos los países donde se llevó la investigación, la mayoría de las noticias giran en torno a la vulneración de los derechos de las mujeres, lo que contribuye a construir estereotipos negativos y a concebir a las mujeres musulmanas como un grupo homogéneo, haciendo caso omiso de su diversidad y heterogeneidad. En este sentido, se apunta a la tendencia mayoritaria de los medios a imponer el estereotipo de la mujer con pañuelo, imagen dominante en las ilustraciones de las publicaciones.
El informe recuerda también la sub-representación de las mujeres musulmanas en los medios de comunicación social; «Pocas veces se les invita a hablar con voz propia», se señala, pues no se las considera como agentes activos.
Los discursos políticos por su lado insisten en la incompatibilidad entre algunas expresiones del Islam y los «valores europeos». Se percibe a las mujeres musulmanas como «un grupo homogéneo que apoya la violencia domestica y el terrorismo, la homofobia, las desigualdades de género y los roles tradicionales de género». Ello tiene un impacto negativo en su reconocimiento como potenciales víctimas de discriminación y violencia, en algunos casos incluso por parte de las instituciones judiciales quiénes tienden a ser influenciadas por los estereotipos de la sociedad sobre estas mujeres.
RECOMENDACIONES DEL INFORME. El informe emite una serie de recomendaciones a diferentes niveles: comunitario, estatal, judicial, empresarial…
Anima a la puesta en marcha de planes nacionales de lucha contra la islamofobia y de medidas que incluyen una perspectiva interseccional para poder hallar el efecto sinérgico de las diferentes dimensiones -género, religión, etnia- de la discriminación que afecta a las mujeres musulmanas.
«Las mujeres musulmanas son objeto de discriminación y violencia porque son mujeres y porque son musulmanas, pero nada se está haciendo para abordar la múltiple discriminación a la que hacen frente», afirma Sarah Isal, presidenta de ENAR. «La UE no puede permitirse excluir y olvidarse de las mujeres musulmanas si quiere defender la igualdad de género y la lucha contra el racismo. Las leyes europeas de protección contra la discriminación en el ámbito laboral y los crímenes de odio deben protegerlas de manera efectiva.»
Más información en www.enar-eu.org
Notes:
- Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Suecia y Reino Unido. ↩