**Ver y descargar el Dossier Galde 14 en pdf, “Cambiar el modelo energético”.
(Galde 14, udaberria/primavera 2016)
21. DOSSIER: Cambiar el modelo energético. Introducción
22. Entrevista a Cote Romero (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético). Manu González Baragaña
26. Energías y modelos sociales. Modelo productivo y dependencia energética fósil. Rodrigo Irurzun
30. La transición energética como oportunidad. Marta Victoria, Cristobal J. Gallego
33. La energía en Euskal Herria. Leiri Urkidi Azkarraga
36. Fracking. ¿Cómo, porqué y para qué? Antonio Aretxabala
38. Solarfobia, el triunfo del oligopolio sobre la razón. Juan José del Valle
40. Cooperativa eléctrica de Crevillent una compañía eléctrica diferente. Ascensio Asensio
42. Situación del Parque Nuclear Español. Francisco Castejón
45. La ilusión eléctrica. Alfonso Sanz Alduán
48. Libros y referencias para el dossier Galde 14
(Galde 14, primavera 2016). La utilización masiva de energía, procedente mayoritariamente de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo, el gas o también el uranio, es una de las características fundamentales del modelo de producción, reproducción y consumo de las sociedades actuales. Y, además, se ha podido constatar, que en los últimos cincuenta años, nuestra civilización ha triplicado su consumo de carbón, cuadruplicado el consumo de petróleo y multiplicado por seis el uso de gas natural. El consumo energético promedio del ser humano sigue, junto con el de su población, una trayectoria exponencial y el mundo globalizado que conocemos no sería posible sin el actual consumo de energía.
En este contexto, las evidencias de la finitud y agotamiento de los combustibles fósiles y los impactos ambientales y sociales asociados a su extracción, transformación y uso, como por ejemplo, el irreversible Cambio Climático, han levantado las alarmas en todo el mundo. La búsqueda de un modelo energético mas justo y sostenible viene siendo, en las últimas décadas, un tema de debate y preocupación en todas las instancias políticas de nuestra organización social, desde las internacionales a las locales. La transición hacia modelos energéticos que posibiliten la sustitución de los combustibles fósiles y de la energía nuclear por energías renovables más o menos descentralizadas es uno de los temas objeto de reflexión, no exento de controversia, y que apunta también al cuestionamiento de las formas de vivir, convivir, comunicarnos y relacionarnos con nuestro hábitat, amén de una transformación democrática que permita el acceso a la energía a ese 1.300 millones de personas del planeta que actualmente no tienen su acceso en condiciones adecuadas.
Se hace imprescindible un cambio en la forma de utilizar la energía para lograr sobrevivir como especie. Partir de los límites del crecimiento, y ser conscientes de que el consumo energético del modelo industrial predominante no es posible. Este es un reto que hace ya años nos planteaba Ilich, cuando afirmaba que “tanto los pobres como los ricos deberán superar la ilusión de que más energía es mejor, y que nos recordaba en sus textos que la actual demanda y consumo de energía de las personas del “Norte Global” requiere la energía o fuerza de 100 esclavos.
Asegurar el acceso a la energía a todos los habitantes del planeta “para siempre”, y una oferta energética 100% renovable para un consumo energético a un nivel que pueda ser abastecido por estas fuentes, es el reto de un escenario energético democrático, inclusivo y perdurable.
¿Como avanzar? Hay tendencias que sostienen que es posible mantener el crecimiento económico, o modelo que actualmente conocemos aplicando políticas de eficiencia energética, la introducción de energías renovables y tecnologías de geoingeniería como la captura y almacenamiento de carbono, que algunos autores llegan a denominar tecno-optimismo o esperancismo tecnológico. Para otras personas, el tema energético es uno de los componentes de un problema más profundo que está en las raíces mismas del modelo de desarrollo. No se puede separar el debate sobre el uso de la energía del debate acerca de la justicia y la equidad, incidiendo en que no hay soluciones reales al problema energético si no se cambia radicalmente la manera de concebir la evolución humana. Esta es la perspectiva de las transiciones energéticas que en este dossier se presentan, un reto civilizatorio para la era del antropoceno que hemos comenzado.