(Galde 01, invierno/2013). Para unas generaciones acostumbradas a vivir entre certezas –incluidas las relativas a la existencia de ciclos económicos y crisis coyunturales-, y que desde la segunda guerra mundial no han tenido otra meta ni otro horizonte que la mejora del bienestar personal y colectivo, la situación por la que atravesamos representa un auténtico terremoto que cuestiona muchos proyectos de vida, y pone patas arriba algunos consensos preestablecidos.
El desconcierto y el temor se han apoderado de mucha gente, lo cual se ve acrecentado por el naufragio de la izquierda tradicional, las dificultades de la intelectualidad crítica para elaborar nuevos discursos, y la todavía incipiente capacidad de los nuevos movimientos de protesta para proponer alternativas y caminos practicables.
En estas circunstancias, parece obligado reflexionar sobre la naturaleza de la crisis en presencia, conocer mejor sus orígenes y sus distintas dimensiones, debatir sus consecuencias, y atisbar el alcance de los profundos cambios que están generando en la sociedad. Este es el sentido del dossier que aquí se presenta, el cual pretende, modestamente, aportar un pequeño granito de arena a esta reflexión.