Galde 46, Udazkena 2024 Otoño. Rafael Ruzafa entrevista a Ander Goiatxe.-
Portavoz de Euskal Herriko Kontseilu Sozialista (EHKS), partido-movimiento comunista presentado públicamente en diciembre de 2023, Ander Goiatxe (Pamplona, 1995) proviene del movimiento estudiantil. Fue militante de Ikasle Abertzaleak y formó parte de Medikuntzako Asanblada, la asamblea de estudiantes de la Facultad de Medicina y Enfermería del campus de Bizkaia de la UPV/EHU. EHKS se ha convertido en un novedoso fenómeno político en alza que reivindica la histórica tradición comunista en una Euskadi en que la izquierda independentista ha dejado ya la bandera de la ruptura para participar de lleno en la vía institucional. Goiatxe representa a un espacio que ha crecido sobre la ausencia de respuestas desde la política convencional. Es la vuelta de las “banderas rojas” que escuece en otros sectores políticos aunque también refleja las contradicciones ideológicas de un mundo cada vez más marcado por la falta de certezas.
Galde.- Presente por favor su programa y las bases ideológicas de su actuación política.
Ander Goiatxe.- Euskal Herriko Kontseilu Sozialista es una organización comunista revolucionaria de Euskal Herria. Nuestro objetivo estratégico es generar las condiciones políticas e ideológicas para la construcción del Estado Socialista, tanto en Euskal Herria como a nivel internacional. Así, abogamos por la transformación de la sociedad hacia una forma social donde no tengan lugar ninguna forma de privilegio, clase, opresión o discriminación. Una sociedad donde se aseguren unas condiciones de vida universales y de calidad para todas las personas. Eso es precisamente lo que el socialismo significa a nivel ideológico, social y económico.
En ese sentido, vemos indispensable la realización de un ejercicio de pedagogía entre el proletariado para generar la conciencia sobre lo que el socialismo supone a nivel de alternativa real para la mayoría social trabajadora. Más aún en el contexto actual de crisis capitalista donde el empobrecimiento generalizado, la reforma autoritaria del estado, la destrucción de ecosistemas, las guerras y el genocidio se abren paso a marchas forzadas. Y es que el capitalismo está mostrándose incapaz de garantizar las condiciones de vida que había ofrecido hasta hace unas décadas a algunas capas de familias trabajadoras. Pero no nos engañemos, toda esta ofensiva antiproletaria responde a un interés directo de la clase dirigente para mantener sus privilegios económicos y políticos. Y frente a todos estos ataques, es indispensable recuperar y extender la organización y la lucha entre la clase trabajadora. Y a la vez que articular la autodefensa, nos parece necesario también generar las condiciones para lograr un control progresivo de la clase trabajadora sobre todos los ámbitos de la vida, extendiendo así la democracia proletaria sobre todas aquellas cuestiones que la burguesía monopoliza.
¿Cómo se organiza EHKS, cuáles son sus principales herramientas de trabajo?
A. G. EHKS es la organización principal de un movimiento que ha venido cogiendo forma los últimos años, el movimiento socialista. Así, estamos coordinados con otras tres organizaciones que son parte de nuestro movimiento: GKS, que trabaja la problemática que vive la juventud trabajadora; la organización socialista de mujeres ITAIA, que tiene como objetivo organizar a las mujeres trabajadoras frente a la opresión que padecen; e Ikasle Abertzaleak, una organización estudiantil que tiene amplia presencia en los centros educativos y universidades de Euskal Herria. Asimismo, dentro de EHKS tenemos diferentes expresiones organizativas y líneas de trabajo como el Sindicato Socialista de Vivienda de Euskal Herria, que trabaja la problemática de la vivienda desde una perspectiva proletaria, o las Redes de Autodefensa Laboral que se encargan de hacer trabajo político en torno al trabajo. Y cómo no, participamos en diferentes plataformas y espacios con muchos otros colectivos como la plataforma Palestinarekin Elkartasuna, el ámbito de la lucha frente a la crisis ecológica contra macroproyectos, etc.
¿Cómo evolucionan sus relaciones con Sortu y EH Bildu? ¿Las ha complicado la cuestión de las txosnas?
A. G. La razón de fondo para que sean complicadas es que nuestra visión crítica pone de manifiesto el viraje que han dado en los últimos años: proponen una agenda política que tiene clara vinculación con el mundo empresarial, se han convertido en sostén indispensable para el PSOE en el gobierno español y junto a ellos han aceptado la agenda antiproletaria de la Unión Europea, incluyendo, por ejemplo, los presupuestos de la OTAN del año pasado. Es decir, la izquierda abertzale ha iniciado un proceso de integración en todos los ámbitos del estado. Por ello, nuestra propia existencia, pero sobre todo nuestro crecimiento progresivo, ponen en evidencia las contradicciones y los límites de la estrategia por que abogan. Todo esto genera que necesiten neutralizarlos en la medida de lo posible, por ejemplo con el veto político en las txosnas.
En las elecciones al Parlamento Vasco fueron muy críticos con la labor de los “políticos profesionales” y en las elecciones europeas de junio solicitaron la abstención. ¿Mantendrán esa actitud en futuros procesos electorales?
A. G. Los partidos del arco parlamentario, de izquierda a derecha, han asumido y apoyan la agenda política marcada por los bancos centrales y los aparatos políticos de la oligarquía como la Unión Europea. Así lo demuestran las grandes políticas como el recorte del gasto público, la financiación pública de empresas, el aumento del control social, el apoyo a gobiernos fascistas y genocidas como el de Israel o la criminalización de diferentes expresiones de lucha, como es el caso de la resistencia palestina. Precisamente, esto se evidenció en las pasadas elecciones europeas y fue una de las principales razones por que decidimos hacer un llamamiento a la abstención. Cara a futuro iremos valorando la actitud a tomar, pero entendemos que las instituciones del estado capitalista no son un espacio neutral. Por eso entendemos que la fuerza política alternativa tiene que organizarse fuera de esas instituciones. En ese sentido, frente a los partidos políticos profesionales caracterizados por la burocracia, formados por políticos profesionales y financiados por el estado y las empresas privadas, abogamos por un modelo fundamentado en la autoorganización, la militancia política y la lucha.
Su modelo de partido y de revolución socialista trasciende las fronteras nacionales. ¿Cómo se conjuga con proyectos federales o confederales, en España y en la UE?
A. G. La apertura de un nuevo ciclo político revolucionario requiere que la organización proletaria se extienda más allá de nuestras fronteras, a nivel europeo como mínimo, ya que las grandes estructuras de toma de decisión de la burguesía adquieren esa dimensión. Y en ese sentido hay que darle valor a la formación de otras organizaciones fuera de Euskal Herria en torno a la nueva línea estratégica. La voluntad es clara: constituir un gran partido comunista de masas unificado a nivel internacional, que surja de la coordinación y unificación de diferentes expresiones proletarias de múltiples lugares, adecuadas cada cual a su realidad territorial, pero funcionando como clase política unificada a nivel internacional.
Sobre el capitalismo y el sistema de mercado, ¿son partidarios de su abolición total o consideran que puede haber espacios para un mercado regulado, acaso compatibles con otros ámbitos en los que el sector público sea preponderante?
A. G. Consideramos que ha quedado demostrado históricamente que un capitalismo controlado o regulado es una utopía. Es cierto que han existido tiempos de abundancia para una parte de la clase trabajadora en occidente, sin olvidar que ha sido incapaz de dar una vida digna a toda la población, dejando de lado a la mayoría de la población mundial. Se debe tener en cuenta también que dicho crecimiento económico siempre ha dado lugar a diferentes crisis, que para la clase trabajadora son sinónimo de empobrecimiento, desempleo masivo, más dificultad para acceder a una vivienda, imposibilidad de tener un ocio de calidad, etc. Es el proceso en el que estamos inmersos en Europa desde hace unos años. El mal llamado “capitalismo amable” que se ha construido en occidente a partir de la Segunda Guerra Mundial, además de no tener capacidad para dar una vida digna a toda la población de occidente, se fundamenta en el saqueo de los países de la periferia y la explotación salvaje del proletariado de dichos países. Todo, además, para que unos pocos sigan acumulando cada vez más y más riqueza. En ese sentido creemos que la única solución pasa por la expropiación de los bienes de la burguesía y ponerlos bajo control obrero, para que se pueda edificar un sistema político y económico basado en la igualdad y la solidaridad, y que nadie pueda enriquecerse con el trabajo y el sufrimiento ajeno, sino que el trabajo responda única y exclusivamente a las necesidades de la sociedad.
Da la impresión, quizá por tradición leninista, de que son bastante dirigistas y de que ejercen un férreo control sobre los movimientos sociales en que operan.
A. G. No, en ningún caso, participamos en ellos simplemente. Los comienzos del Movimiento Socialista en Euskal Herria tienen mucho que ver con la ruptura generacional que sucede en muchos espacios de lucha. Buena muestra de ello son los gaztetxes, donde muchos militantes con pretensiones fuera de la política institucional se refugiaron, huérfanos de una opción política revolucionaria. Allí se generaron consensos nuevos sobre distintos temas relevantes en la época, y por lo tanto nuevas mayorías que rompían con lo anterior. En ningún caso se impone nada, sino que a base de convencer en muchos lugares simplemente ha cambiado la correlación de fuerzas de algunos grupos. Más allá de eso, convivimos y colaboramos con muchísimos colectivos de distinto recorrido a lo largo y ancho de Euskal Herria, en espacios como las txosnas, dinámicas de luchas locales y nacionales, protocolos, etc.
¿Qué aporta EHKS a las reclamaciones de las mujeres? ¿Qué opinan sobre el movimiento feminista?
A. G. EHKS tiene un referente político, ITAIA, que es la organización de referencia dentro del Movimiento Socialista en lo que respecta a la cuestión de la mujer trabajadora y que da cuenta de la relevancia que se da al tema. ITAIA lleva años trabajando la opresión y la subordinación que padece la mujer trabajadora en la sociedad capitalista actual y haciendo frente a las distintas formas de violencia que sufre. Ejemplo de ello es toda la dinámica que lleva a cabo Itaia con la cuestión de la violencia machista a lo largo de Euskal Herria.
El movimiento feminista es un espacio social muy amplio, donde existen diferentes actores, análisis de la realidad y propuestas políticas para abordar la cuestión de la mujer. ITAIA y EHKS están más de acuerdo en algunas cuestiones y en desacuerdo con otras. El Movimiento Socialista aporta la pretensión de organizar a la mujer trabajadora en particular, y a la clase trabajadora en general contra el sistema político, económico y social de dominación y subordinación actual y contra sus ejecutores y responsables. En ese sentido, apuesta por la unidad de clase, de la clase trabajadora, como forma de luchar contra la opresión de la mujer trabajadora y, además, propone el socialismo como base o contexto histórico para la superación de dicha opresión. Es decir, el socialismo como una revolución en las estructuras políticas, económicas y socio-culturales de cara a construir una sociedad donde se dan las mismas oportunidades, derechos y condiciones de vida a sus integrantes, independientemente de su origen, sexo, orientación sexual, etc., y se supera cualquier tipo de sometimiento, subordinación, violencia y menosprecio de la mujer.
¿Qué papel juegan los presos en el marco de sus reivindicaciones políticas? ¿Están por una amnistía general para todos ellos?
A. G. Sí, siempre hemos reivindicado la libertad de los presos políticos, es más, sigue habiendo muchos, tanto presos políticos vascos como de otras organizaciones revolucionarias. Las propuestas políticas que salen de los estrechos márgenes de la política parlamentaria burguesa son criminalizadas, perseguidas y castigadas por el estado. Un claro ejemplo de esta persecución son las últimas infiltraciones policiales en diferentes movimientos sociales de Madrid y Barcelona, y, además, la impunidad con la que cuentan los agentes y sus responsables políticos para llevar a cabo dichas prácticas. La reivindicación de la amnistía la enmarcamos en ese contexto general de falta de libertades civiles y políticas para el proletariado, con el objetivo de reivindicar un escenario donde no se persiga ni se castigue la defensa de unas ideas políticas y exista una libertad de expresión real. En definitiva, que existan las condiciones materiales y sociales para el proletariado que hagan realidad los derechos reconocidos formalmente, al mismo tiempo que se desarrolla y se amplía el terreno de la libertad.
¿Qué posición mantienen respecto al euskera?
A. G. Entendemos que el euskera, como el resto de lenguas, forman parte del patrimonio universal de la humanidad que el capitalismo amenaza y destruye constantemente. Los comunistas siempre se han posicionado a favor de preservar dicha diversidad. En ese sentido EHKS fomenta el uso del euskera tanto a nivel interno como externo. Si observamos el panorama actual, vemos con preocupación la situación del euskera. Los pasos que se han dado en la normalización institucional no se han visto correspondidos con un mayor uso, ni con una mayor implicación social en la preservación. Entendemos que la institucionalización de una lengua, por sí sola, no garantiza su supervivencia y si no, ahí tenemos en caso de Irlanda para recordárnoslo. De hecho, los mayores avances que se han dado en la utilización y difusión del euskera se dieron en las décadas de los 70-80 de la mano de una política militante, rupturista, que ligaba el uso de la lengua a la construcción de otro tipo de sociedad. Fueron la politización y la significación militante del euskera lo que le dio un impulso vital y entendemos, al contrario de lo que hace hoy mucha gente, que ese es el camino a seguir hoy en día.
¿Cómo valoran la cuestión migratoria?
A. G. Consideramos que este tema no se puede reducir al marco geográfico de Euskal Herria. Entendemos la migración como un proceso global que es consecuencia de las relaciones entre el centro imperialista y la periferia. Las condiciones de vida del proletariado en muchas partes del planeta son inasumibles, por lo que se ven forzados a emigrar: para huir de la guerra, de la explotación, del hambre… Nos parece importante recalcar que no es una migración voluntaria. Nadie se juega la vida en una patera si no es por necesidad. Y mientras tanto, todos los gobiernos europeos se empeñan en frenar el proceso: militarizando fronteras, fomentando extradiciones masivas… Sin embargo, lo único que consiguen es violentar un proceso inevitable: el proletariado de la periferia continúa llegando a los países del centro, pero en las fronteras mueren miles de personas al año.
¿Defienden el derecho de otras personas a vivir en Euskadi/Euskal Herria, aunque suponga mayor multiculturalidad?
A. G. Nos parece fundamental defender los derechos políticos y civiles básicos que se están viendo cuestionados, como la libre movilidad de las personas o el derecho al asilo. Entendemos que las personas migrantes que llegan a Europa potencialmente forman parte del sujeto revolucionario, del partido comunista de masas que pretendemos construir. Tanto por sus condiciones económicas, como por la falta de derechos políticos que sufren, consideramos que deben formar parte de un proceso revolucionario contra el sistema que les ha expulsado de su tierra y los reprime constantemente. Son compañeros y compañeras de lucha indispensables y tenemos que generar las condiciones para que este proceso se lleve a cabo, siendo un proceso que no va a estar exento de contradicciones, como en toda creación de sujeto que se adscribe a lucha. Al otro lado, la clase dominante fomenta constantemente la criminalización de estos sectores y los utiliza como chivo expiatorio. De esa manera, fomenta la división dentro de la clase trabajadora. Por eso también es importante plantear una batalla cultural contra el racismo, para que las actitudes discriminatorias no se arraiguen en sectores de la clase obrera. En lo que respecta a la multiculturalidad, entendemos que es una característica enriquecedora de la humanidad que ha existido siempre. Pese a que la construcción de los estados nacionales capitalistas ha fomentado, y en parte ha provocado, una homogeneización cultural dentro de sus fronteras, consideramos la diversidad como un valor positivo. Y por ello, es también un reto para nosotros mantenerlo y fomentarlo a la hora de constituir el partido comunista de masas, el sujeto revolucionario.
Sobre la transición ecológica, ¿cuál es su posición?
A. G. El capitalismo es un sistema que subordina la existencia de la humanidad y del planeta a la acumulación de la ganancia de la burguesía. Estamos contemplando la capacidad destructora de este sistema: destrucción de ecosistemas y pérdida de biodiversidad, el cambio climático, la explotación creciente de todo tipo de recursos finitos… Todas estas tendencias se aceleran en los momentos de crisis del sistema, como estamos viendo los últimos años. Frente a este escenario de extrema gravedad, hoy prácticamente aceptado por todo el mundo, sectores de la burguesía se han planteado emprender una transición ecológica que pretende superar la faceta destructora del capitalismo, manteniendo intacta su base, la acumulación de capital. Entendemos que ese es un callejón sin salida, que es imposible una explotación racional de los recursos en un sistema basado en la apropiación privada de ganancia. Así se está demostrando: las energías renovables se plantean como inversiones rentables para las grandes empresas, lo que da como resultado la construcción de macroproyectos que destruyen ecosistemas irremplazables. Además, todo esto se está utilizando como marco legitimador para justificar el empobrecimiento de la clase trabajadora: el aumento de los impuestos de los combustibles, la implementación de peajes, la prohibición a los coches más antiguos para circular… Son medidas que perjudican a los más pobres, mientras proliferan los viajes en jets privados y se están planteando viajes al espacio.