Galde 47. Negua 2024 Invierno. Pedro Luis Arias Ergueta.-
1. Introducción. La Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (en adelante UPV/EHU) puede ser analizada desde múltiples perspectivas. En lo que sigue, se recogen las de alguien que forma parte de ella desde hace décadas y donde ha desarrollado casi toda su carrera profesional.
A modo de preámbulo se indican aquellas características que, entre otras, definen a la comunidad universitaria de la UPV/EHU:
Fruto del último proceso estatutario, la Universidad pública vasca se define (Artº 1 de los Estatutos de la UPV/EHU vigentes). De su lectura se pueden deducir cuestiones que exigirían reflexiones y debates en profundidad, con participación de universitarios y de otros agentes sociales que no se están produciendo o se abordan sin el rigor y los recursos que serían necesarios. En la lectura de los programas electorales presentados para concurrir a las recientes elecciones al Rectorado de esta Universidad se puede detectar la ausencia de esos análisis en profundidad, más pendientes del regate corto que de metas de largo alcance.
Afinar cuál ha de ser la vocación de la UPV/EHU implica, a mi modo de entender, mantener abierto un proceso de reflexión, debate y construcción de consensos internos y externos sobre, al menos, las siguientes cuestiones:
Antes de finalizar este apartado, me parece necesario reconocer que buena parte de estas cuestiones son relevantes también en casi todas las universidades cercanas que no sean un negocio para generar beneficio económico a sus propietarios.
La UPV/EHU comparte esta tensión con muchas otras universidades Cómo ser fiel a la universalidad de la ciencia y de las preocupaciones fundamentales de todo ser humano y, a la vez, servir a las necesidades específicas del entorno local en el que una universidad concreta existe.
La proliferación de universidades ha facilitado, junto con otras causas, que el acceso a la universidad se haya extendido más allá de las clases pudientes, lo que supone un éxito social destacable, pero también el que los estudiantes de cada universidad sean muy mayoritariamente originarios de la misma comunidad, generando comunidades universitarias más homogéneas. La llegada a las aulas universitarias de los descendientes de las olas de inmigración más recientes puede contribuir a incrementar esa diversidad y un reto a abordar.
El carácter bilingüe de la sociedad vasca exige que esa realidad cultural más compleja atraviese su universidad pública. Ello enriquece el despliegue de posibilidades adicionales, junto con los retos de las exigencias que la globalización mercantil en curso plantea, al tener que servir con rigor y eficiencia a una realidad culturalmente más plural. Sin embargo, esa complejidad también exige peajes, como la limitación que provoca, a la hora de atraer talento externo, la exigencia del conocimiento de las dos lenguas oficiales de la comunidad vasca. A mi entender no se ha profundizado lo suficiente en cómo conjugar el servicio público que ha de ofrecerse en ambas lenguas y la conveniencia de poder captar profesores de otras comunidades o países que aporten la riqueza de sus culturas, experiencias vitales y formaciones en otros sistemas universitarios.
Junto con la mencionada vocación por el desarrollo del conocimiento universal, la UPV/EHU debe prestar una atención especial a la sociedad que la ha creado y mantiene. Surge aquí el debate sobre cuáles han de ser sus aportaciones más genuinas y sus apuestas estratégicas. Me parece necesario reivindicar que éstas no pueden estar asociadas a aspiraciones de corto alcance. Los retos a los que se enfrenta la humanidad en términos de sostenibilidad económica, ambiental y social son de inmenso calado. Pero no sólo tienen que ver con el conocimiento aplicado en forma de tecnologías cada vez más potentes y espectaculares. La comunidad universitaria de la UPV/EHU también debería ser espacio privilegiado en el que se acreciente la sabiduría que debe guiar el desarrollo de nuestra sociedad.
Ahí surge la necesidad de las reflexiones filosóficas, sociológicas o sicológicas que orienten y limiten, en su caso, la asunción acrítica de un desarrollo tecnológico que sin ellas puede resultar contraproducente. Una comunidad universitaria debería ser el espacio de colaboración entre los diferentes saberes. La nuestra creo que tiene más que ver con grupos volcados en su trabajo especializado y con pocas vías para la compartición de reflexiones o debates multidisciplinares y de largo aliento.
Compartimos con las universidades de nuestro entorno una a modo de paradoja en lo que se refiere a las plantillas del personal que trabaja en ellas. Su dimensionamiento se basa fundamentalmente en la cantidad de docencia que se debe impartir, pero el control de la calidad de su desempeño se aborda de forma muy limitada y con cierta intensidad sólo en el ámbito de la investigación. Resulta así más fácil reconocer quiénes son los mejores investigadores de nuestra Universidad que encontrar a sus mejores docentes. Debe abordarse con urgencia la adopción de medidas que, junto con algunas existentes, contribuyan a mejorar la formación de nuestros estudiantes. A día de hoy resulta mucho más rentable para alcanzar un puesto estable como personal preocuparse por formarse como investigador que como docente.
Además, en el caso de la UPV/EHU, la administración pública de la que depende ha configurado una realidad multicampus, plurilingüe y cubriendo casi todas las áreas de conocimiento posibles. Cuando se comparan los recursos que nuestra Universidad recibe para el desempeño de sus funciones, dadas esas características indicadas, se pone de manifiesto que, disponiendo de más recursos en términos absolutos que bastantes universidades españolas, nos encontramos todavía lejos de la financiación de los sistemas universitarios de otros países cercanos. Como también que en la comparación con esas otras universidades de comunidades vecinas (Cantabria, Burgos, Navarra,…) exigiría correcciones asociadas a los costes que supone ofertar servicios redundantes en los diversos campus frente a universidades monocampus o los de un plurilingüismo más complejo.
Pedro Luis Arias Ergueta.
Profesor de la UPV/EHU. Bilbao, a 3 de diciembre de 2024.