Galde 32 udaberria/2021/primavera. Anaitze Agirre, Silvana Luciani. SOS Racismo Gipuzkoa.-
Hablemos de mujeres que luchan contra un entramado político, social y cultural de raíces patriarcales y racistas, instrumentales y necesarias para la sociedad neoliberal que algunos disfrutan, y la mayoría padecemos, y no pocas contestamos. Hablemos de precarias, mayores, jóvenes… y de mujeres migrantes, refugiadas y racializadas, que también aúnan las características antes mencionadas.
Recordamos, en este momento de pandemia, que cuando cuidadoras y trabajadoras del hogar se han revelado como imprescindibles y de primera necesidad, que siguen siendo las profesiones menos reconocidas social y económicamente, pero que no son colectivos prioritarios para la vacunación.
Recordamos a todas estas mujeres migrantes, a quienes mayoritariamente se les impone el sector de los cuidados de personas mayores o el empleo doméstico, como única alternativa laboral. Tengan o no una cualificación distinta o superior al que exige esa tarea, y por lo que podrían desempeñar otros trabajos. Al parecer, en este mercado su sitio está exclusivamente cuidando a lxs nuestrxs, en condiciones de desigualdad y precariedad respecto a otras actividades laborales. Eso sí, todo ello refrendado por la legalidad. Y de propina, a menudo, con abusos laborales y/o sexuales incluidos.
No tenemos duda de que el antirracismo, así como el feminismo harán esta sociedad más humana y vivible. Para todas
Recordamos a las mujeres que son obligadas a viajar clandestinamente, violentadas psicológica y físicamente, violentadas por un sistema de fronteras y leyes racistas que les niega la libertad de circulación, las vías seguras, el refugio, una acogida digna. Mujeres que son tratadas como criminales en vez de víctimas de una catástrofe humanitaria inducida por esta UE, que prefiere invertir en gasto militar y tecnológico, en fronteras, antes que en el respeto a los DDHH y en acogida. Mujeres que por todo ello, a menudo acaban en el fondo del mar, junto a sus compañerxs de viaje.
Recordamos a las compañeras trans, a quienes no se les permite la autodeterminación de género y se les impone mantener una identidad que violenta su vida. Esperamos que la nueva ley haga por fin justicia a nuestras hermanas. Recordamos a las compañeras que trabajan en la industria del sexo, en gran medida migrantes y racializadas, a quienes se niega su capacidad de agencia y a las que se imponen leyes que no reconocen su capacidad de decidir. Recordamos a las compañeras que por profesar una religión o cultura distintas, son consideradas una amenaza para el feminismo. Una amenaza también para esa falsa idea que se nos quiere imponer sobre Europa, esa Europa falsamente blanca, homogénea y laica. Recordamos a las compañeras racializadas, que son tratadas siempre como las otras, a quienes se niega la pertenencia un día sí, y otro también.
Rechazamos el marco legal que organiza una sociedad desigual y racista, empezando por la Ley de Extranjería.
Exigimos a las instituciones locales y europeas que utilicen sus competencias y medios para aplicar unas políticas públicas que cuiden la vida, que la pongan en el centro de verdad, que las vidas de todas valgan más que los dividendos que prima este sistema económico violento, misógino y racista. Dividendos logrados a costa de esquilmar las tierras de quienes luego, trataremos de expulsar si llegan a este territorio, o emplearemos en precario y sin nuestros mismos derechos.
Pedimos a la sociedad, a las mujeres, a los hombres y a quienes no se identifiquen con ninguna de estas categorías, que formen parte activa del cambio. No tenemos duda de que el antirracismo, así como el feminismo harán esta sociedad más humana y vivible. Para todas. Por la plena y real igualdad de todas y cada una de las mujeres, llamamos a apoyar las concentraciones del 8M, teniendo en cuenta y respetando las restricciones anti COVID.
Anaitze Agirre Larreta – Silvana Luciani
SOS Racismo Gipuzkoa