DOSSIER. Introducción. Salud Mental. … 21
Entrevista a María Fuster.
Iñaki Markez … 23
Psiquiatría de la crisis y crisis de la Psiquiatria.
Alberto Fernández Liria … 27
El Loco Peligroso en la Sociedad Postmoderna.
Ander Retolaza … 30
Salud mental: siempre en crisis.
Mikel Valverde … 32
Salud, violencia y exclusión social.
Carmen Meneses Falcón … 35
«El elefante en medio de la habitación.»
Jose G.-Valdecasas, Amaia Vispe … 38
Los determinantes sociales en la Salud mental y su interés profesional y ciudadano.
Marcelino López Álvarez … 40
¿Intervenir ante las conductas suicidas en la cárcel?
Iñaki Markez … 43
Narrativas alternativas a la psiquiatrización.
Irene Hernández Arquero … 46
Bibliografía.
Lecturas recomendadas para el Dossier Galde 47… 48
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Dossier Galde 47. Introducción.
La generación del conocimiento reconocido socialmente sobre el sufrimiento psíquico se ha producido desde el conocimiento psiquiátrico, que no podemos desligar de su origen, el control social y la ostentación del poder. No olvidemos que el saber y el poder van de la mano. Contemplar a la Psiquiatría o al campo de la Salud Mental, como un corpus único de pensamiento impide el entendimiento, entre diferentes partes de este amplio campo tan plural y complejo. Desde hace más de tres décadas la Psiquiatría oficial y hegemónica ha encontrado en el cerebro el territorio donde estaría ubicada la supuesta falta de conciencia de enfermedad, apoyada en la marcada ideología biologicista. Las redes de acompañamiento de muchas asociaciones para evitar ingresos hospitalarios y el trauma que conllevan por los riesgos de la violencia psiquiátrica que a veces se alega. Qué pasaría si entendiéramos que si las personas escuchan voces que les insultan, que les degradan o les dicen que se maten, es en muchas ocasiones porque nos han insultado, despreciado y amenazado en nuestros contextos, y esta experiencia es una prueba de unos daños que portamos. O que escuchen voces para no enfrentarse a una terrible soledad.
Para complicarnos la mirada nos hablan que la crisis de la Psiquiatría ante la cual, como dice Alberto Fernández Liria tenemos que construir una alternativa basada en una visión de la salud y la salud mental diferentes, si entendemos la salud como un proceso que permite que un organismo se mantenga vivo en interacción continua con su medio. El modo de vida urbano, en aglomeraciones deshumanizadas de débil comunicación interpersonal, soledades acumuladas y escasamente orientadas al bienestar social que generan excesivas dificultades.
Quien vea monstruos o tenga demonios que puedan hacerle daño, no son más que la representación de los monstruos reales, de los que han existido en sus vidas o incluso de aquellos que siguen existiendo. Si bien, como señala Ander Retolaza, los pacientes que tienen mayor riesgo son pocos y sus características son fácilmente identificables en su mayoría (…) estamos obligados a encontrar un equilibrio entre la evaluación del riesgo, la hospitalización involuntaria y el tratamiento comunitario. Qué pasaría si se pudiera comprender el vacío y la angustia a la que a veces estamos expuestos, o tras la psicosis con su desamparo insoportable. Las personas con sufrimiento psicosocial son personas llenas de dignidad y coraje, aunque la sociedad tiene pendiente reconocer su conocimiento, y hacer una reparación tras tanto agravio e injusticia recibidos. Mikel Valverde nos dice que quienes acuden a los servicios son personas que han sido dañadas y responden a su daño, presente y pasado, como pueden, al objeto de sobrevivir: reconocerlas en su dolor y entender las necesidades de cada persona debería estar en el centro de la ayuda. Y otras muchas personas ni tan siquiera solicitan ayuda mientras los servicios públicos sanitarios y sociales se ven incapaces de acceder a quien lo necesitan. Hasta que nos sorprendemos de las crecientes bolsas de soledad o por el aumento de la tasa de suicidios en población joven, en mayores, a cualquier edad o en el medio penitenciario como nos señala Iñaki Markez, aunque aún sean posibles las políticas integrales de prevención si se ofrecieran opciones no penales y no sanitarias. Un recorrido aún pendiente. Y Carmen Meneses, con su mirada desde la antropología, se adentra en la violencia contra las mujeres. Desde la edad como desigualdad, la etnicidad, la migración insegura, la prostitución, la pobreza y otras situaciones discriminatorias.
La cuestión de la adherencia al tratamiento, seguir las pautas que te marcan, y no rechazar ciertos tratamientos, o temer volver a una consulta donde te han maltratado, estarás señalado. Las empresas farmacéuticas en su acción de lobby para maximizar sus beneficios influyen en el desarrollo teórico de la psiquiatría actual. Jose G. Valdecasas y Amaia Vispe señalan que la solución podría ser simple si las administraciones sanitarias y los propios profesionales cortan cualquier lazo de influencia con la industria en busca de la independencia imprescindible para un uso racional de los fármacos… Lo complejo es que se quiera solucionar. Nos insiste Marcelino López Álvarez en los determinantes sociales y en las intervenciones necesarias y posibles. Desde las políticas de prevención primaria, que tratan de actuar antes de que los factores sociales impacten en la salud de las personas, evitando nuevos casos. Y las posibilidades de atención sanitaria y social para paliar o compensar sus efectos, una vez presentados los trastornos. La activista y formadora en salud mental en primera persona Irene Hernández Arquero da la vuelta a comportamientos habituales señalando que las personas diagnosticadas mientras callamos nos hacemos daño, nos mutilamos, vivimos vidas incompletas. Teniendo claro que debemos modificar el discurso psiquiátrico hegemónico en un camino de lucha necesario y transformador.
Este dossier de la revista Galde sobre la Salud Mental, tema de actualidad y gran interés mediático, complejo en sus aspectos y matices, con frecuencia ignorados por la mayoría de la gente, pese a su gran impacto social y político. Sin duda quedan pendientes opiniones y desarrollos sobre cuestiones como el influjo de las nuevas tecnologías en la salud mental, importante recurso tan generador de malestares en la última década; o sobre una mayor evaluación de las terapias actuales, donde parece que la adecuada combinación de psicoterapia y ayuda farmacológica supera a los tratamientos con medicamentos. Más cuando está constatado el abuso de la química y la medicalización; y queda para otro momento adentrarnos en el influjo en la salud mental de las personas según estén presentes las condiciones sociolaborales, la precariedad y la temporalidad… o la vivienda, nutrición y condiciones medioambientales. Y, claro, debemos adentrarnos en las políticas públicas referidas a la salud mental con exigencias a las administraciones públicas ante las necesidades sociales.
Han quedado abordadas diferentes vertientes del tema mediante trabajos de personas cualificadas que llevan larga experiencia acumulada en este sector puede permitir acercarnos a la reflexión sobre el presente de la Salud Mental.
I.M.