Galde 46, Udazkena 2024 Otoño. Marina Serna, Daniel Ripa.-

Era mayo de 2020 y, tras una polémica con Amelia Valcárcel, que pidió des–asnar a las jóvenes feministas asturianas,: nacía nuestro burricornio y con él un símbolo de un evento anual que buscaba un feminismo que escuchase a trabajadoras sexuales y del hogar, migrantes, o personas trans y que construyese con los hombres un feminismo para todo el mundo. Cinco ediciones después, este 2024, del 11 al 14 del pasado julio, treinta ponentes nacionales e internacionales, decenas de voluntarias y 500 asistentes llegadas de todo el Estado dialogaron sobre temas diversos. Como explicaron Bea Merás y Jara Cosculluela (AMA), “históricamente siempre se recurre a culpar al porno,  homosexuales o trabajadoras sexuales en momentos de incertidumbre, pero hay que hablar de clase, racismo, deseo, sexualidad o desigualdades, en contraposición a los feminismos tránsfobos y retrógrados. No debemos rendirnos al capitalismo que nos quiere dóciles, obedientes y sin tiempo para pensar”.

Manosfera y desinformación

Las jornadas arrancaron el jueves en la librería La Revoltosa, presentando Mutantes y Divinas, de Ira Hybris antes de proseguir el viernes en la Escuela de Comercio de Xixón. Silvia Díaz, Mikel Herrán y dos compañeras de Proyecto UNA, conformaron la mesa La fiesta antifeminista, sobre estrategias feministas on-line y off-line y nuevas comunidades masculinas. ¿Se reproduce el machismo en redes? ¿Los hombres jóvenes son carne de cañón de la ultra-derecha? Tranquilidad y optimismo fueron las conclusiones. Silvia Díaz, investigadora de la UCM, apeló a dirigirse a los hombres jóvenes, porque “el feminismo busca su liberación y mejora de condiciones de vida y colaborar entre islas”. Mikel Herrán (Puto Mikel), doctor en arqueología y divulgador en redes, defendió una batalla cultural que proponga “masculinidades que se relacionen en igualdad de género, clase o etnia, generando identidades más igualitarias”. Por su parte, Proyecto UNA, compartían su trayectoria digital como pioneras en generar mensajes contra la desinformación.

Deseo y consentimiento

Clara Serra y Cristina Garaizabal, en un salón de actos con lleno total, se preguntaban si hay zonas grises o sólo es sí cuando decimos sí. ¿Existen espacios para experimentar el deseo, en interacción? Serra, autora de El sentido de consentir, cree que el marco neoliberal empuja al feminismo a retroceder en derechos y libertades conquistados. Recordó que, a veces, el “Sí es sí” es limitante e irreal, ya que el sexo no es un contrato firmado después de previamente conocer y comunicar nuestros deseos. Para ella, el proteccionismo del Estado y su intención de legislar el deseo sexual, nos despoja de nuestra mayoría de edad. Cristina Garaizabal, psicóloga e histórica activista, alertaba de la vuelta de un feminismo conservador que se pensaba superado. Recordaba que las posturas abolicionistas despojan del consentimiento a diversos grupos de mujeres (actrices porno o trabajadoras sexuales), y “o deseamos ‘bien’ o nuestros deseos no son válidos, sino frutos de dominación y violencia”. Ambas defendieron aumentar la libertad vital y sexual de las mujeres. El primer día culminó en el local social Les Cigarreres con cena popular y DJs.

“Patriarcado y capital, alianza criminal

El sábado 13 la Escuela se trasladaba al Muséu del Pueblu d’Asturies, un museo etnográfico al aire libre de de 35.000 metros cuadrados,., que se llenó. Valentina Longo daba paso a un especial del podcast Sangre Fucsia, donde participaron Amaia Pérez Orozco y Rafaela Pimentel. Pérez Orozco, economista y activista, identificaba con pesimismo “una transformación del capitalismo, hetero patriarcal y colonialista, al que no sabemos hacerle frente”, proponiendo volver a las ideas de las feministas marxistas de los 70 quienes afirmaban que “el capitalismo es un sistema de cuerpos vacantes” donde todas las vidas tienen valores radicalmente desiguales. Llamó a tomar conciencia de los privilegios ejercidos y transformar nuestra militancia cotidiana. Rafaela Pimentel, impulsora del movimiento de trabajado raso domésticas, pidió situar la economía feminista en el centro con “respuestas que hagan temblar al capitalismo” y “saldar la deuda con miles de trabajadoras que dedicaron su vida al trabajo doméstico y ahora viven con pensiones de miseria”.

Porno, derechos y placer, un oasis para la reflexión

La segunda mesa abordaba el trabajo sexual. Ana Valero, María Valvidares, Mireia Vehí, la directora de cine Anneke Nekro y la actriz Lucía Fernández, bajo el título Cuidado, caperucita, que viene el porno, en un ejercicio de valentía, exponían  críticas y vivencias respecto al trabajo sexual. Vehí, ex diputada de la CUP, calificaba este espacio como un “oasis donde poder hablar abiertamente”, debido al moralismo de ciertos sectores feministas. Lucía Fernández y Anneke Nekro señalaron las dificultades del cine para adultos feminista y analizaron los efectos de plataformas como OnlyFans, que, bajo la promesa de mayor autonomía, han instaurado la economía de plataformas en este sector, otorgando el poder a un intermediario comisionista que ve crecer su poder sobre las trabajadoras.

Feminismo ilustrado y alianzas pro-derechos

Silvia Gilabría la tarde con un marco teórico para un feminismo más allá de discursos “ilustrados” excluyentes. Después llegaban Georgina Orellano, Rafaela Pimentel y Christo Casas. Bajo el título Putas, maricas y trabajo, el mensaje era claro: el feminismo ha de construir con el mundo del trabajo, el movimiento LGTBIQ+ y los sectores sin voz. Orellano, trabajadora sexual y portavoz del sindicato argentino AMMAR, pidió reconocer los errores pasados que llevaron al poder a Milei, pero defendió la política y el sindicalismo para conquistar derechos. Su sindicato, integrado en la Central de Trabajadores CTA, fomentó un encuentro, fructífero, entre trabajo asalariado y sectores como el suyo, no reconocidos. Casas, autor de “Maricas Malas”, recordó que “la respuesta no es el quién sino el para qué”, impulsando “vidas más luminosas para todas, donde tengamos más bienestar, derechos, vivienda o repartamos el trabajo”. La mesa finalizaba con Rafaela y el público bailando su cumbia “Deja ya los miedos y vente ya”, himno de las  trabajadoras domésticas.

Culminamos con tres talleres simultáneos, sobre resistencias en luchas trans locas, Inteligencia Artificial con perspectiva de género o de qué manera Agitar comunicativamente desde el feminismo, con Isabel Cadenas, conductora de “De eso no se habla”, Tina Arauna ( Dones Tech) y Dau Garcìa y Patricia Rey. Tras la cena, llegó el baile con la música de Lucía Dilema y Las hijas de Chimo Bayo. El público aprendía una palabra asturiana: Folixa (traducido como “fiesta, pasarlo bien, juntarse, cantar y bailar, alegría, juerga y banquete”).

Malestares de género y agencia colectiva

El domingo  participaron Mikel Missé y Noemí  Parra, con moderación de Josetxu Riviere. Parra, profesora en la ULPGC , recordaba que “el género es una caja de resonancia de diferentes malestares sociales en un momento de incertidumbre. La identidad de género pasa de ser lugar de certeza a otro en quiebra, que tampoco otorga un futuro estable. Entender lo trans nos ayuda a entender lo cis y con ello los malestares adolescentes, manifestados a través del género”. Para Missé, “lo trans puede ser una forma más de experimentación de género, algo que todos los adolescentes hacen de alguna manera, sin modificación corporal (pero sí en redes, gimnasios, con dudas sobre su identidad), es la negociación con el peso de la misma norma, de cumplir con nuestro cuerpo y género”. Defendió esta exploración de género. Por el contrario, pensar los fracasos como equivocaciones, en vez de experimentaciones, lleva a tratarlos como “errores de diagnóstico y a lo trans como una patología”, algo a evitar.

Finalizó la Escuela con Ada Colau, Javier Crudo, y Luciana Peker, periodista argentina exiliada. Ante el testigo de los retratos de Virginia Wolf y Britney Spears, en la mesa. No nos dais miedo: alianzas feministas para una vida mejor, se defendió una vida plena y la alegría que permitió gobernar y lograr cambios sociales. Para Colau “en un mundo en crisis, climática, belicista y con una extrema derecha que cuestiona derechos humanos, no se puede dar un paso atrás en derechos conquistados por mujeres que lucharon antes” y defendió “más educación en libertad y diversidad”, porque “no se arregla todo desde el punitivismo”. Javier Gallego, conductor de Carne Cruda, propuso “nuevos imaginarios de lo posible para este ciclo”. La Escuela llegaba a su fin y Asturies volvió a ser la capital de la república independiente de la alegría feminista, donde lo importante es lo que une, transformar una sociedad capitalista y patriarcal que genera malestares y opresiones.

——-

Uno de los diálogos de la V Edición de la Escuela de Pensamiento Feminista
https://www.youtube.com/watch?v=cX4i0-6hz2U